octubre 01, 2009

Muy cerca de la caverna. Muy lejos de las estrellas

“Muy cerca de la caverna. Muy lejos de las estrellas”.No se inspiró Ray Bradbury para este espléndido subtítulo de alguno de sus libros, en el derrotero, pasado y presente, de nuestro país. Este vigoroso joven, próximo a los 90 años, el prototipo americano del prototipo de los del oeste (se sabe que vive en Los Angeles), no se sintió “incitado” para visitar Argentina, a pesar que hace 40 o 50 días estuvo como conferencista en Chile, a poco más de dos horas de Buenos Aires. Por otro lado, nadie de nuestro país creyó necesario ni oportuno cursarle alguna invitación para que se trasladara hacia estas pampas. Sí en Chile, donde dejó estupefactos a todos quienes concurrieron a escucharlo. La razón del asombro radica, en esencia, en sus ideas asombrosas. Es ya un ícono, siendo él mismo y sus ideas, las de un completo y cabal iconoclasta.

Muy cerca del ripioso presente que por doquier es dable observar en nuestro país, parece ser el memorable cuento (¿ficción?) que escribió hacia finales del 2001, para el Wall Street Journal, y que causó un verdadero estupor en los lectores de ese diario y en la propia sociedad americana. “Caer hacia arriba o caminar marcha atrás” es el título de esa pequeña joya literaria. Y es, ese modo, la mejor manera de no acercarse al futuro y, en consecuencia, no saber ni donde está ni mucho menos como se llega, dado que se ignora de qué se trata esto, es decir, el futuro. Es caminar marcha atrás, vale decir melancólica imagen y recuerdo de lo que fue, nunca de lo que vendrá, habida cuenta de la incapacidad para imaginar algo diferente a lo ya ocurrido. Dígase de una vez, vivir en el pasado, para el pasado y por el pasado. ¿Mañana? Se verá o se improvisará, que viene a ser la manera más paupérrima de perpetuar la infértil reiteración.

¿Alguien se imagina a Baudelaire en un SPA para excedidos? No cabe en la imaginación, por más frondosa que esta sea. ¿Alguien se imagina a Kirchner gobernado por la racionalidad, trasmitiendo sosiego, paz y prosperidad a la República? Es tan improbable como Baudelaire en un centro de rehabilitación. Quienes dicen haberlo querido y estudiado, entienden que lo extraño de Van Gogh no es que se haya rebanado una sola oreja; debieron ser las dos. Claro, era un artista, de los más potentes, no un político que pretendía decidir los destinos de una Nación. Kirchner no es artista y pretende oficiar de político, mirando y pensando para atrás, no imaginando el futuro, excepto la confrontación, y preocupado por crematísticas circunstancias del presente, mirando su solo futuro. El propio, no el de la Nación. Se diría, un “estadista”.

Ahora, en estos días, por si algo faltaba para observar todo su repertorio, los Kirchner lo han hecho. Nunca iban a “criminalizar” la protesta, según sus dichos. Pues bien, el desmanejo catastrófico que han realizado con la planta de la ex Terrabusi, pone una nota más que alarmante, por el modo en que podrían desenvolverse acontecimientos similares en el inmediato futuro. Dado que resulta evidente que dicha situación no podía continuar por mucho tiempo más, sin que el Estado tomara intervención. Se entiende, una intervención inteligente, no un manotazo a la bartola. Y sobre todo, como en este caso, cuando empiezan a reaparecer los denominados sindicatos de base, que desbordan todo, incluido su propio gremio y pretenden hacerse cargo de la dirección de la empresa, sea la que fuese. Ocurre cotidianamente con los subterráneos de Buenos Aires, en donde el gremio que nuclea a los trabajadores, no puede controlar a las “organizaciones” de cada línea, mientras los usuarios quedan como rehenes de una situación que se torna intolerable. Cada día más y cada vez más esparcido. Mientras todo esto sucede, el Estado mira prolijamente hacia otro lado, como si se viviese, hoy, en las épocas del laissez faire, laissez paser.

Tal vez, sin que lo hayan advertido con anterioridad, se les aparece a los Kirchner un tipo de escenario que conjugaría la peor de las composiciones imaginables para ellos. Se   ha visto en estos días. Es la suma de la represión y el FMI. Que se afirme la imperiosa necesidad de intervención del Estado en el conflicto de la Kraft Foods, de ninguna manera quiere decir que esa presencia sea del tipo que fue. Hay múltiples etapas previas de negociación, si es que realmente se quiere encauzar y resolver el conflicto, que deben y merecen ser recorridas y agotadas, antes de recurrir a las extremas medidas de violencia, tal como ocurrió. Sobre todo ahora, que la embajada de EEUU pide por una solución “duradera”, a más de otras cosas, sugeridas en el peculiar estilo diplomático. La asombrosa velocidad que se puso al estatizar la difusión  del futbol, digamos a título de ejemplo, ni remotamente ocurrió en el caso de esta firma. Y a medida que el tiempo pasaba, se iba transformando en tierra de nadie. Hay muchos ejemplos de este tipo de conducta de parte de la administración nacional, que terminan avalando y ejerciendo el doble discurso del Estado, presente, se proclama, pero mientras tanto, en el día a día, se advierte la lánguida presencia de lo ausente, es decir del Estado.

Otro tanto está ocurriendo con el tema del FMI. No hace al caso recordar ahora los múltiples improperios lanzados contra la institución durante todo el período de los Kirchner en el poder. Baste recordar que fue catalogado como “el eje del mal”, a lo que debía sumarse, según la panoplia oficial, los “cipayos” locales quienes, además de ser los que saqueaban la Argentina, aprovechaban para hacer sus propios negocios. Modificado que fuera, en más o en menos, el FMI, ahora se está “por la vuelta”, dado que “afuera es noche y llueve tanto”. Parecen no advertir, los Kirchner, que este eventual retorno al Organismo, es una consecuencia inevitable del tipo de política que llevaron a cabo durante su entera gestión. Y que aquel alucinatorio canto de “vivir con lo nuestro”, termina inevitablemente como está ahora, periclitando. No supieron ver, obnubilados por la ideología, que aquel crecimiento a “tasas chinas” tenía poco de eso y mucho de gordura, que no era puro músculo y si bastante grasa, apta para engordar y  deformar y poco apropiada para fortalecer.

Y es que viene a resultar indispensable, ahora, que Argentina regrese a los mercados voluntarios de crédito, lo que viene a ser una manera de regresar al mundo. Terminando, como lo está en curso, la relación financiera y de otros tenores con el caudillo de Venezuela, las realidades locales, económicas y financieras, terminan imponiendo su lógica y necesidad. El patético plañir del señor Boudou, pretendiendo imponer condiciones a quienes podrían convertirse en prestamistas del país, así lo muestra. Baste recordar que Uruguay tomó, recientemente, del mercado voluntario u$s 500 MM, a una tasa del 6,8%.  De modo que dinero disponible hay; son las condiciones del país las que permiten que esos flujos se dirijan o no hacia una geografía determinada.

Cuando Sarmiento asumió la Presidencia de la República, brindó el discurso de ocasión. No tan al pasar son algunos de los conceptos que expresó. “Fui nombrado Presidente de la República, no de mis amigos”; “De hombres es equivocarse, de locos persistir en el error”; “La ignorancia es atrevida”. Si lo leyó, Kirchner parece haber olvidado  los conceptos de este grande hombre de la Patria. Gobierna para algunos amigos; persiste en los innumerables errores; es extremadamente audaz, la peor de ellas, y por lo demás atrevido al extremo. Las persistentes cadencias en las que incurren los embaucadores son simplemente juego corto y para la tribuna, se agotan en si mismas y el remedio que proponen y ejecutan, resulta, la más de las veces,  peor que la enfermedad.

“Como ser feliz sin ser idiota” se preguntaba Marx, Groucho, no el otro. No sabemos si Kirchner es feliz, y en caso de serlo, de que manera alcanza ese estado. Se podrían esbozar diversas hipótesis, que no pertenecen al dominio de estas líneas. Lo cierto y concreto, cualquiera sea el estado en que estuviese, pareciera que, aún atormentado por diversas cuestiones del estado de la Nación, en ciertos momentos parece gobernado por un impulso vital que le proporciona cierta euforia. En general, estos estados coinciden con momentos en los que se enfrenta con diversos actores sociales, a los que pretende callar y dominar, generando un enorme daño a la sociedad entera. Se podría observar un cierto regocijo en el encono, cuanto más confronta y daña, lanzados hacia aquellos a los cuales ha identificado como sus enemigos principales. Que son aquellos que le han propinado, en el terreno político, derrotas fenomenales que lo llevan, primero a cierta depresión, para luego redoblar sus mandobles. A saber, el campo, las elecciones de Junio, el Grupo Clarín y el Vicepresidente Cobos. Hay otros también, pero estos mencionados constituirían el “eje del mal”, a los que hay que liquidar. A como de lugar.

Respecto del campo, se ha dicho y escrito demasiado. El saldo esencial que queda es que resultó la primera derrota política de envergadura, en sus largos años de su ya larga estadía en el poder, tanto en Santa Cruz, como en la Nación. Resultó, para el ex Presidente, un golpe tan rotundo como inesperado. Producto de dos cosas: no supo medir hasta donde podía avanzar y no esperaba encontrarse con la forma que se abroquelaron las entidades del sector, con amplio respaldo ciudadano, y que finalmente lo tumbaron la noche de la 125. En ambas causas, es dable percibir un fenómeno común. Su incapacidad para percibir y medir el “humor” social, de un lado, y de otro, todo lo podemos y nada ni nadie se opondrá a nuestros propósitos. En Olivos se percibe una cierta putrefacción, esa especie de “aire viciado de meditaciones”. Todas las cuales, las tales “meditaciones”, vienen a ser impropias, triunfalistas y prepotentes. El resultado que cosechó, así lo revela. Por las dudas, debería Kirchner prepararse para algo más. El tenor de las declaraciones de CARBAP, a propósito del “impuestazo de Scioli, así parecen indicarlo: “los chacareros están al borde de algo explosivo”. Que luego no diga que no le avisaron, si es que algo sucede.

“Mala Junta” (que nos disculpe la recordada bohonomía del Maestro Julio de Caro por la utilización en estas líneas del título de uno de sus memorables tangos), pero eso es lo que ha resultado para Kirchner el unir en su absurda pelea a los ruralistas y el Grupo Clarín. Unidos no en la defensa de un mero interés de sector, sino en el propósito de luchar para construir un país mejor, en crecimiento y desarrollo, y por ende con más igualdad y equidad.  Supóngase, por un instante, que se vive en una economía de mercado, en la cual regiría el sistema de precios para identificar y captar oportunidades y asignar recursos escasos; que esa economía se desenvolviese en un sistema Institucional en el que sería mandatorio el respeto a la norma y la sujeción al orden jurídico establecido, y que, por lo demás, el respeto a lo pactado contractualmente, sea la viga maestra en la que  se desarrollasen las actividades económicas. Pues bien,  en tales condiciones, la ineludible acción del capitalista es la de maximizar. Si no lo hace, deja de cumplir su rol y pasa a ser cualquier otra cosa. En tales condiciones de abandono de su mettier, esa insoslayable tarea puede ser ocupada por cualquier otro actor, o directamente por nadie. Se conocen las consecuencias. Ausencia de inversión, deterioro del capital físico, caída del empleo y finalmente retroceso en todos los órdenes. Si a este cuadro se le agrega el mundo globalizado de hoy, y creciente cada momento, la economía y el país quedan a la deriva. Nada son en el mundo actual.

Ahora bien, el sector agropecuario y el Grupo Clarín es lo que han hecho en los momentos que regían las condiciones mencionadas. Maximizar sus rendimientos a los efectos de reinvertirlos en sus diversas tareas, dando lugar, por lo demás, a la innovación tecnológica y a fenomenales incrementos de la productividad. Esto no es una quimera. Son las leyes económicas que rigen el desarrollo del capitalismo y que aquí se ha podido verificar, tanto en el agro como en el ámbito de las comunicaciones.

Frente a este panorama, se sabe como actuó y actúa el gobierno. En el caso de los agricultores demonizó al “yuyito” y a quienes a eso se dedicaban, aprovechando en el mientras tanto para vivir a costa de las retenciones. Ya se sabe los que ocurrió, mirando solamente los niveles de producción de la última campaña agropecuaria.

Con Clarín, el intento de demolición por parte del gobierno resulta más impúdico y brutal. Primero, con burdas patrañas como argumento, se “nacionalizó” el futbol, ruptura mediante de contratos preexistentes, para que lo emita la pantalla oficial de ATC y un sinnúmero de anomalías de todo tipo, incluido el dispendio de dinero, claro está, a los efectos de “ayudar” en el despegue. Todo este tipo de maniobras, no auguran un buen final para “el futbol para todos” y “que vos, que tenés derechos, lo veas gratuito”. Un dislate completo, que en algún momento se paga.

Luego de lo anterior, llegó el bestial operativo de intimidación, por parte de la AFIP, tal como si  la sede del Grupo, fuese una cueva siniestra, en donde se esconde y opera una banda que pretende la destitución del gobierno. Tal vez piense el gobierno, que las sedes de las compañías sean como las de ciertos amigos que cultiva, verdaderos centros clandestinos de dinero mal habido, mafia de medicamentos o espacios para la recaudación de campañas políticas. Solo que a esos lugares no va y sí a Clarín.

Finalmente está en curso de debate, ahora en el Senado, el nuevo proyecto de ley de medios y servicios audiovisuales, conocida como ley de radiodifusión. En Diputados, se sabe, fue objeto de un tratamiento “express”, en donde nada se debatió y logró media sanción a los empujones, en el medio de un sinnúmero de anomalías reglamentarias de todo tipo y color. Ahora está en comisiones del Senado y, al día de hoy, sería muy aventurado decir que es lo que verdaderamente ocurrirá. Las manifestaciones vertidas en las comisiones por parte de distinguidos constitucionalistas, tampoco preludian, para el gobierno, un final tan a gusto como el que imaginó. El camino Judicial, por cierto, queda abierto para instancias posteriores. Debe hacerse notar, por último, que Kirchner tiene todavía capacidad para influir en gobernadores, y por ende en el “ánimo” de ciertos Senadores. De otro lado, Clarín tiene, todavía, también, varias cartas por jugar.  Al gobierno, la pelea a fondo le produce un desgaste evidente; Clarín, con revelaciones que hace aproximadamente 40 a 50 días da a conocer a sus lectores, y a los que no lo son, está en condiciones de hacer tambalear, aún más, la endeble imagen del gobierno y el matrimonio presidencial. Los ciudadanos y la sociedad toda perciben que el matrimonio presidencial, respecto de su imagen, está cayendo en picada y son pocos quienes se comen los amagues de Kirchner 2011. Esta sí, verdadera quimera que cabe solo en la cabeza de un enajenado Y no solo es la imagen; a la gestión de gobierno, con Buenos Aires sitiada, no le va mejor. De cualquier manera, sea como sea que salga la ley, podría afirmarse que se convertiría en un instrumento de casi nula aplicación, con una legitimidad más que dudosa y, dado los atropellos en los que incurre, sería difícil que pudiese sortear cualquier litigio judicial.

Un par de cuestiones adicionales para completar este panorama del mes. En el curso de Septiembre, la Iglesia se expidió en tres ocasiones sobre la cuestión de la pobreza y la miseria en nuestro país. A comienzos del mes, en la primera oportunidad, dijo que la pobreza en nuestro país es “escandalosa”; hacia mediados de Septiembre, cuando se conocieron las mediciones oficiales del INdEC y de pobreza, volvió a insistir, diciendo ya que eran “escandalosas” dichas mediciones y quien está a cargo de la Pastoral social afirmó que el instituto oficial parece que medía la pobreza en Suecia. Finalmente, en un encuentro organizado por diversas organizaciones académicas, el último día de Septiembre, el Cardenal Bergoglio, puso los puntos donde hay que ponerlos: “los derechos humanos también se violan con la pobreza”. Quien quiera entender que entienda, pero la contundencia y claridad del mensaje, exime de otro comentario.

En otro orden de cosas, y habida cuenta del rumbo que toman ciertos acontecimientos en el país, cabría una reflexión adicional. Los votos, no taciturnos, del 28-06 dijeron otra cosa completamente distinta del accionar que muestra el gobierno y la oposición en estos noventa días transcurridos desde las elecciones. El voto de los ciudadanos repudió, claramente, el contenido de la política ejecutada por los Kirchner. Lo que surgió de las urnas fue, a todas luces, un pedido de cambio. Nada de eso ocurrió. Kirchner sigue haciendo, por ahora, de las suyas y la oposición parece anestesiada y congelada en un estado anterior. Peor que eso, las internas entre las fuerzas llamadas de la oposición, les ocupan buena parte, por no decir la totalidad, de su tiempo de trabajo. Será entonces, el hartazgo social quien vuelva a liderar, una vez más, las demandas de toda la sociedad. Conviene decir que, en estas condiciones, la tarea política de Kirchner, o cambia, o tendrá diversas dificultades, por lo demás crecientes.

Nuestros amigos, los griegos, de quienes nos sentimos todos descendientes, formularon conceptos nuevos, y palabras para nombrarlos. Ataraxia es una de ellas. Se traduce como “ausencia de perturbaciones”. Por lo visto, no parece que estemos cerca de ese estado superior del espíritu y la conciencia.


Buenos Aires, octubre 1, 2009.

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