abril 30, 2010

“Across the Universe”

“Lo que asombra en este hombre (J) es su extraordinaria temeridad para alcanzar el límite extremo, el definitivo, el máximo. Pensó que ganaría el que tuviese menos miedo. . . que el secreto del poder consiste en avanzar un paso más adelante, ese paso único, ya imposible de dar para otros. . . que quien asusta con su temeridad es irresistible, por consiguiente aplastante; y aplicó este principio tanto a los hombres como a las naciones. Su táctica consistió en eso: avanzar un paso más en la crueldad, en el cinismo, en la mentira, la astucia, el disfraz de la valentía, ese paso que aturde, que infringe la norma, fantástico, imposible, inadmisible... proseguir allí donde otros, atemorizados, gritan: “¡paso!”. Por eso sumergió a la nación (x) en la crueldad, y sumergió en la crueldad a (y). . . aspiraba a la vida más cruel como una prueba definitiva de la capacidad para vivir”.


Ahora bien, a nadie en su sano juicio se le ocurriría comparar a Hitler con Kirchner. Ya se dijo que nuestro amigo polaco escribió estas líneas en torno de 1950. Incluso, miró con cierta simpatía el emerger de las clases más postergadas de nuestro país por aquellos días, y tuvo una apreciación condescendiente para con el Peronismo que surgía. Atropellos de Perón para con la prensa podrían haberlo conmovido (lo que de hecho ocurrió), pero W.G. se cuidó de exteriorizarlos, ya que la materia de su investigación era otra, la dirección de su tarea apuntaba en otro sentido. El centro de sus reflexiones era la condición humana y como ésta se desenvolvía en nuestro país. Explica en parte esta obsesión, el hecho de los 24 años que por acá pasó. Con el apreciable detalle de saber que cuando llegó a nuestras tierras, no sabía una sola palabra del idioma español. De modo tal que a Gombrowicz no le apasionaba, en lo más mínimo, el acaecer político y partidario de estas tierras, que dicho sea al pasar, tampoco lo trataron demasiado bien. De manera que, pretender extraer de ese notable párrafo del escritor, algún tipo de conclusión política, sería mal mirar lo que a este polaco le interesaba. Hay otros cotejos que sí pueden y deben realizarse, en plena concordancia con los intereses del escritor, para la buena lectura de lo que dijo y el  conocimiento de nuestra compleja realidad.

Disipadas ciertas dudas, que no podrían sino ser obra del fanatismo que distorsiona, resulta menester, entonces, enfocar el análisis sobre lo escrito por W. G. Si bien se observa, se encuentra una minuciosa descripción sobre los rasgos y caracteres de una personalidad. Personalidad que, a todas luces, viene a resultar completamente enfermiza, tan brutalmente enferma como lo muestran todos sus actos de su cruel,  nefasto y criminal derrotero. ¿Por lo tanto, que tendría que ver Kirchner con todo esto? Si se mira con atención el párrafo en cuestión se verá, sin mucho esfuerzo, que los rasgos que se señalan como determinantes de una personalidad, no difieran en demasía, del talante y la estirpe que muestra, sin ningún ocultamiento, nuestro ex Presidente. En uno de sus hechos, la comunicación y la prensa, los parecidos son relevantes. Los anatemas y los furores de Kirchner y sus acólitos, para con aquellos que muestran la realidad, toda la realidad, y sostienen sus puntos de vista editoriales con responsabilidad reciben ataques furibundos y canallescos. Hay otros parecidos que también merecen ser explorados.

Kirchner maneja la comunicación adicta y presiona ferozmente para  manipular la independiente, en dos momentos diferentes del desarrollo de algunos de sus proyectos o propósitos. Al momento de lanzar un proyecto, de una manera sibilina y como trascendidos, a través de los periodistas y medios alquilados, intenta instalar un tema que luego desarrollará con toda su artillería, si advierte que en el primer momento del lanzamiento, algo de lo sugerido, permea en la sociedad. Son en general maniobras distractivas, para sacar del medio auténticas y verdaderas preocupaciones reales de la sociedad. Aquel tipo de preocupaciones de la sociedad, que podrían poner en riesgo su único y exclusivo interés: el Poder, su conservación y su posible incremento. De ser así, ocurre el paso final, el salto más allá, el de la osadía y la temeridad, que lo lleva a caminar por un estrecho sendero o cornisa, que no resulta sencillo de contrarrestar.

Antes de toda esta maniobra, que apunta a consolidar el poder, está el análisis previo, en el que ha demostrado eficacia, que es la identificación de algún negocio o maniobra económica, en la que aparecerá en una suerte de segundo plano, pero que le garantiza el manejo de determinada área de negocios. Si en el camino hay alguna falla, atribuible a las razones que fuera, salen eyectados los Antonini, los Uberti o los Jaime o algún otro que pueda seguir. Colocando también a un patético General, en un patético banquito, a los efectos de desmontar el cuadro de algún otro patético General. De modo que la arquitectura del procedimiento es clara, no lineal, pero que responde a cierta matriz de comportamiento, que se podría resumir de la siguiente manera: 1) identificación de un negocio; 2) maniobra de prensa, a modo de ablande y sondeo; 3) Cierre del negocio y consecuente incremento del Poder (para Kirchner estos dos aspectos son definitivamente inescindibles) y 4) Nueva y masiva campaña publicitaria, mostrando los logros conseguidos, en exclusivo beneficio de la sociedad. Basta ver la abrumadora campaña publicitaria en la transmisión del “futbol para todos”, que vino a remediar los “goles que nos habían secuestrado” O si se es más masoquista aún, intentar estar frente a la pantalla de canal 7, antes de las pertinentes nauseas que eso provoca, por no más de cinco o diez minutos. Diciendo estar identificado desde siempre con los derechos humanos y con una institucionalidad más transparente, toma dichos “slogans” para ejecutar sus políticas. Si siguiesen avanzando las tramitaciones judiciales por los “favores” necesarios para operar comercialmente con Venezuela, un nuevo y fuerte frente de tormento continuaría perturbando una relación que se sabe, desde sus orígenes, esta impregnada de algo más que un “tufillo”, verde y negro, y no solo por el petróleo.

Recordemos, por un instante, esa célebre expresión, tan en boga por estos tiempos, que dice lo siguiente: “El movimiento de lo quieto”. Pareciera haber sido acuñada por los surrealistas, los del manifiesto inicial y quienes los siguieron. Pero no, no es así, aunque tiene su parentesco con estos creadores. Pertenece al dominio de los físicos, aquellos que investigan los átomos y las partículas sub-atómicas. En efecto, lo que parece estar quieto, está, en realidad, en perpetuo movimiento. Solo que un movimiento que no es perceptible para la vista, no se “ve”, aunque se mueve a velocidades astronómicas. Es un mundo que tiene una realidad y una visibilidad, por detrás de la quietud aparente, y que cuando se descubre ese “invisible” movimiento, a través de la quietud de lo visible, da origen a sorprendes revelaciones y al nacimiento de otro mundo nuevo, que en apariencia viene a contradecir la quietud de lo que sí se ve. Nos hace recordar, también, y con extremo cariño, a ese hombre que todos, en algún lejano momento de nuestra juventud, hemos leído con emoción, Saint - Exupéry: “Lo esencial es invisible para los ojos”.

Ahora bien, ¿Qué tendría que ver la especulación intelectual de los físicos atómicos, la de ese notable francés que escribió El Principito o los surrealistas de todos los  tiempos, con el devenir de acontecimientos sociales,  políticos y económicos en el presente de nuestro país? Se diría que mucho, por no decir que todo lo que promueve y ejecuta el gobierno, está marcado por esa impronta. Kirchner promueve algo, anuncia otro emprendimiento, actúa de determinada manera y hay que saber, automáticamente, que esa es la cara visible, la que no será realidad, y que por detrás de lo enunciado, está lo que verdaderamente le interesa, que viene a ser lo invisible de lo que anunció o dijo. Y que a ese lado que queda oculto, que se escamotea a los ciudadanos, es hacia donde dirigirá todas sus energías en pos de ese objetivo no confesado, disfrazado previamente y que viene a ser la cosa que sea necesario hacer para sostener su poder.

Lejos de sus preocupaciones están los abalorios con los que intenta seducir y ganar la opinión pública. Lo que le importa no se ve, es invisible, se esconde de la consideración pública y se lo disfraza con otros propósitos. Es siempre el paso más adelante, el que atonta y aturde, el que infringe la norma, y que en principio está vedado para otros actores. No para todos. Aquellos que han decidido resistir, sin violar la norma y sin alterar, por el contrario, tratando de restaurar, los valores éticos y morales de la República. Es el periodismo que no se doblega y, por ahora, el enemigo central de Kirchner. En un futuro no muy lejano, el ex Presidente deberá dar por concluida esta descabellada y estéril batalla, (si puede sin capitular enteramente, pero lejos de los objetivos que se había propuesto al inicio), si es que quiere privilegiar su resbaladizo y viscoso camino hacia el 2011. Todas las batallas, en simultaneo, no se pueden abordar, por lo que algunas deberá abandonar y otra (singular) privilegiar. Tal vez un ejemplo reciente ayude a esta comprensión. Su mujer, en los últimos quince días, viajó a EEUU. Luego de ardorosas tareas logró unas fotos más para su álbum casi familiar. Estuvo algunos minutos a solas con el Presidente Obama, espacio de tiempo en el que nada serio se puede abordar. También con el Presidente de China a quien, como corresponde, debió pedirle disculpas por la cancelación de su viaje, y con el Secretario de las Naciones Unidas. A su regreso a nuestro país, recibió al Presidente de Rusia y al Premier de Vietnam, además de viajar a Venezuela.  En condiciones normales, la pregunta del caso sería ¿Para qué y con que objetivos todos estos espasmódicos movimientos? ya que está claro que no se corresponden a una estrategia programada con determinados objetivos y formulada con vistas al mediano y largo plazo.

Ahora la pregunta es otra. ¿Alguien cree, por las razones que fueran, o porque fue obligado a tomar aceite de ricino o intenta preservarse del mandoble del poder, que a Kirchner le importan, siquiera algo, los “logros” de la Presidenta en esta gira que se comenta? De nuevo, forma parte de lo visible y lo invisible. Le adjudica, públicamente, importancia; en la realidad, su realidad, le importa absolutamente nada. Mientras su mujer iba de reunión en reunión, o de la peluquería a la casa de compras, Kirchner permanecía en el café del hotel. O caminaba algunas cuadras, siempre con un grupo de amigos, momentos en los que se discutía con ardor y energía, quien podría ser el intendente del pueblo tal o cual, el gobernador de tal provincia o a quien le correspondería el cargo de primer concejal en Añatuya. Discusión, como queda dicho, sobre nombres. La estrategia para retener el poder, no se discute en esos ámbitos, ni mucho menos con tantos y tales contertulios. Esa es la importancia que Kirchner le adjudica a estos desplazamientos. Un paréntesis de tres o cuatro días, o mejor dicho, otro ámbito que no sea Buenos Aires, para enfrascarse en tales conversaciones en las que, obvio es, no se resuelve nada. Un sondeo preliminar y una suerte de consuelo para los ocasionales interlocutores del actual Presidente del PJ.

En el orden internacional, también, ocurrió el encuentro de nuestra Presidenta con José Mujica, el Presidente de Uruguay. Venía precedida, la tal reunión, de una suerte de danzas y contra danzas, producto de previas declaraciones. Mujica había expresado que vendría a Buenos Aires a hablar “con el dueño del circo”. Expresión muy criolla, pero tal vez no la mejor para graficar una presunta nueva etapa de las relaciones bilaterales, al menos en el lenguaje diplomático y político, que es lo que se necesita, y mucho, para retomar una senda de diálogo que supere este absurdo enfrentamiento de casi cuatro años de corte del puente. Corte que, dicho sea al pasar, nada parece indicar que vaya a levantarse, al menos en el corto plazo. De nuevo, el doble juego de Kirchner. ¿Alguien cree que le importa el levantamiento del corte, luego de 40 meses de cierre? Con la consiguiente confiscación de la Política Exterior de una Nación por parte de un puñado de vecinos, devenidos ambientalistas. Luego de las declaraciones del Presidente uruguayo, la Presidencia dejó trascender (siempre trascendidos, nunca declaración oficial), que nuestra Presidenta estaría a la espera de un pedido de disculpas de Uruguay por haber violado el tratado del Río Uruguay. “Disculpas se le piden a los novios”, nuevo retruque del Presidente Uruguayo. Finalmente ocurrió la reunión, el último miércoles del mes de abril. La conclusión no parece difícil: La nada. A todo esto, ¿Qué hará Mujica cuando le toque votar por la Secretaría General de la UNASUR? ¿Votará a Kirchner o lo vetará? Lo único que, casualmente, hoy le importa al Presidente del PJ.

El primer lunes de mayo nuestro país presentará, en diversas capitales del mundo, la nueva propuesta para el canje de deuda con aquellos bonistas que no se habían adherido al canje original. Como primera cuestión, conviene decir que es una cuestión necesaria, indispensable. Es menester agregar, con el mismo énfasis, que siendo necesaria, resulta absolutamente insuficiente, si de lo que se trata es de intentar reinsertar a nuestro país en las corrientes internacionales de capitales. Y esto con independencia del porcentaje de tenedores de bonos que adhieran a la operación. Solamente este paso, no garantiza ni un descenso de la tasa de interés, ni una afluencia masiva de inversiones que tomen riesgo de largo plazo para invertir en Argentina. Queda por delante el Club de París, la normalización de las relaciones con el FMI y un conjunto de acciones que garanticen confiabilidad  en el marco institucional; todo esto hoy ausente. En definitiva, un proyecto estratégico y de largo plazo de lo que aspira y puede ser nuestro país.

Un par de cuestiones para finalizar. Crece, día a día, en un incremento geométrico, lo antes mencionado respecto a las viscosidades en las relaciones comerciales con Venezuela. Los aportes que van apareciendo y se van conociendo cada día que pasa, así lo revelan. Es probable que esta revelación, genere alguna rebelión posterior. La Historia suele marchar así. De cualquier manera, lo hasta hoy conocido, presenta los ribetes de un escándalo de proporciones mayúsculas. Como corresponde, el gobierno mira para otro lado, se desentiende de todo y, en apariencia, todo sigue como hasta ayer. Un sabio paisano del interior solía decir que, si el caballo piensa, se acabó la equitación. En este caso, se podría seguir mirando para otro lado por no mucho tiempo. Si alguien, en algún momento, llega a pensar o hablar, podría acabarse la fiesta y comenzar una tormenta, esas de las tropicales, fuertes, intensas y que embarran (y a la par esclarecen), todo lo cargado que había en el ambiente. ¿Alguien necesita saber algún detalle más del episodio de Antonini Wilson, para darse cuenta que el gato que se pretendía hacer pasar, era gato no más, aunque se lo tratara de disfrazar de liebre?

Un comentario homeopático y final, sobre la política en estos días y los que vendrán. A sólo 40 días del comienzo del mundial de fútbol (con todo lo que eso significa para la pasión popular), ¿alguien cree que de acá a mediados de julio, cuando finalice, alguna otra cosa podrá llamar la atención como para oscurecer ese evento? Se hará política, y mucha, por debajo de la superficie; poco, si es que algo, como para que distraiga a los ciudadanos de ese fervor nacional. En estos días previos, lo más significativo han resultado las declaraciones del Vicepresidente Cobos, quien en medio de los cascotazos que recibe a diario, de La Presidenta y de especies de distinto pelaje, contestó a una pregunta con escuetas palabras: “Hay que ocuparse de la inflación y la corrupción”. ¿Se sabe de alguna preocupación mayor, por parte de toda la ciudadanía, que estos dos flagelos que azotan a toda la sociedad?

Mientras este plácido devenir corre por nuestras inmensas pampas, el eminente astro físico británico, el señor Stephen Hawking, acaba de revelar en una serie de TV que no sería para nada extraño, que los extraterrestres nos visiten en algún momento. Sería este acontecimiento, para este hombre, más significativo que cuando Colón descubrió América. Mientras tanto, en un convenio con la NASA, lanzó al espacio una nave, al que él denomina Sistema Polaris, donde presuntamente “vivirían” estos E.T. con un mensaje que es “Across the Universe” de The Beatles. La misión tiene previsto su arribo en el año 2439. ¿Es ciencia ficción o las cosas que ocurren en el primer mundo? Sea lo que fuera, para nosotros todo es extraño y extremadamente lejano.


Buenos Aires, abril 30, 2010.

Intuimos en nuestro país, ahora en el presente, que la pintura de los rasgos y características de este hombre que se describe, pueden resultarnos más que familiares. Asistimos, en efecto, a una sumatoria de anomalías y tropelías, a la temeridad sin límites,  que en nada difieren de este relato magistral. Se trata de un regreso, sin más, a la más salvaje de las barbaries. Ese notabilísimo polaco que fue  Witold Gombrowicz, que huyó de su país pocos días antes de la ocupación, se subió a un vapor de carga y terminó su viaje en Buenos Aires. Venía al exilio por poco tiempo. Se quedó en nuestro país por 24 años. Dicho sea al pasar ¿Qué singular imán posee o poseía nuestro país para atraer y captar personalidades excepcionales? Acá escribió una parte de sus diarios, más de mil páginas en total, y el capítulo que le dedicó a nuestro país lo denominó Diario Argentino.  Es de alrededor de 1950, y estas reflexiones son producto de su estadía en Tandil. El párrafo con el que se inicia este informe, corresponde a una parte de un capítulo sobre la Argentina. Siguen aún largas líneas, demoledoras, sobre el accionar de (J) en materia del manejo de los medios y la “comunicación”, como burda y siniestra manera de amordazar a la prensa y a esos seres singulares, en algún sentido marginales y observadores, que ejercen acabada y profesionalmente el oficio de periodistas. Gombrowicz, un ser endeble, de una frágil salud y perseguido por los recuerdos y fantasmas de aquellas atrocidades que había padecido, tenía, sin embargo, una enorme fuerza, producto de sus convicciones y su entereza moral y no había forma de hacerlo callar. El señor J de este párrafo es  Hitler; x es Alemania; y  es Europa.

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