junio 28, 2010

"No hay victoria sin derrota, ni derrota sin porque"

“Sueño, con el pasado que añoro,
El tiempo viejo que lloro
Y que nunca volverá”.

Alfredo Le Pera y Carlos Gardel escribieron esta suerte de ícono nacional que denominaron, precisamente, “Cuesta Abajo”. La universalidad de sus versos podría aplicarse enteramente a la trayectoria política y cultural de nuestro país, al menos en los últimos cincuenta o sesenta años. Ha finalizado para nuestro país, y de una manera penosa, el Mundial de fútbol de Sud Africa. Se destapa, a partir de ahora y con mayor énfasis, una suerte de “Cuesta Abajo” para la hegemonía del matrimonio Kirchner. Podrían llorar tiempos viejos y añorar un pasado que nunca volverá, que sólo ellos dilapidaron y aniquilaron. Para su propio proyecto y para generar el descontento y hartazgo social. Ahora, sin excusas visibles, es probable que afloren sentimientos fuertemente negativos y de rechazo, antes larvados y en los últimos 25 días nublados por la pasión popular y cultural que el fútbol despierta. De la misma manera desfachatada con la que pretendieron apropiarse de los festejos del Bicentenario, pretendían hacer lo propio si el desempeño de la escuadra nacional llegaba a instancias superiores, al momento en el que, justo, debió dar la vuelta. Emocionante y emotiva la recepción, al regreso del plantel. ¿Tanto como espontánea? Incontinente para el hablar de todo y en cualquier oportunidad, la señora Presidenta, el día lunes 5 y en el tránsito del duelo que produjo la caída de la selección, invitó al plantel todo a concurrir a la Casa Rosada y tampoco pudo evitar la emblemática expresión, la más sórdida de los peores arrabales: “Aguante Maradona”. ¿Celebrar y aguantar que cosa?

Paulatinamente entonces, con prisa y sin pausa, se irán restableciendo un conjunto de temas que conforman las auténticas prioridades y urgencias de la sociedad. El gobierno, que no lo ignora, intentará, tal su costumbre habitual, negarlas y descalificar brutalmente a quienes lo planteen. Naturalmente, serán los medios el blanco de la ira gubernamental; los medios como un modo de decir, debe entenderse Clarín y La Nación. No será la torpeza gubernamental y sus cotidianos desaguisados, el responsable del malhumor social; la prensa que intenta “desestabilizar” recibirá los mandobles del gobierno. Se verá circular una buena cantidad de encuestas y mediciones enteramente falaces, que tienen tanta verosimilitud como un pingüino viviendo en el Sahara.

Los medios, los independientes debe entenderse, reflejan y transmiten la realidad. Las diferencias de matices, que los hay, responden a la línea editorial del medio que sea. Pero a la realidad no la fabrican los medios de comunicación. De modo que el acoso que recibirá el gobierno será generado en y por la sociedad, sus diferentes actores, instituciones, partidos políticos, gremios, entidades empresarias, etc. Es inevitable pensar que, a partir de ahora, todas estas manifestaciones irán en una suerte de crescendo, que le generará al Poder más de un dolor de cabeza, casi una calentura febril. Carlos Marx creyó que la obligación de la dirigencia (vanguardia), era “la transformación del mundo”; para el poeta francés Rimbaud era “la transformación de la vida”. Una y otra, en definitiva, son análogas. El Poder, en nuestro país, no se enfrentará a ninguna vanguardia, dada su ausencia, pero sí a una oposición que se va articulando y reorganizando; no hay, a la vista, ningún Rimbaud que escriba lo que aquel. Hay, en cambio, la sumatoria de anhelos y esperanzas del conjunto de la sociedad, que aspiran a vivir de otra manera. Diferente y mejor que la actual. Y cuando esas fuerzas se desatan, sin poder predecir el cuando pero sí ciertos porqué, suele tronar el escarmiento.

Así lo informa la historia, la de nuestro país al menos. Hilario Ascasubi lo puso en una línea inolvidable: “No hay victoria sin derrota, ni derrota sin porqué” .Y los hechos, no la presunta e insidiosa campaña de los medios, se encargan de corroborarlo todos los días. Si la señora Presidenta, con los modos y el lenguaje que le son propios, acusó a Taiana de desleal (?), y entre otras cosas por eso lo echó, cabría preguntarse que les puede esperar a los próximos,  pertenezcan al área que sea. Habrá que ver cuándo se le terminan los días de funcionario al Subsecretario Sigal, de la Cancillería, por poner por escrito a sus superiores lo que era habitual, mientras los funcionarios de ese Ministerio veían pasar delante de sus narices, papeles, negocios, comitivas, aviones, etc. que se sustanciaban en el Ministerio de Planificación, ordenado, transparente, regular. A estas calamidades Kirchner las denominó “telenovelón de cuarta”.

El mes de junio, aromatizado con el perfume del azufre petrolero y otros sabores y colores que emanan de Caracas, desencadenó en Buenos Aires una tormenta, también de naturaleza tropical. La relación con Venezuela ya permitiría la factura de algún libro del tenor policial – tenebroso, algo así como (que nos perdone Thomas de Quincey), el escándalo y sus negaciones como una de las bellas artes. Este huracán tropical trajo, como para limpiar, lo que es imposible, una suerte de pampero, “macho y altanero”, que no aclaró nada sino que oscureció mucho más. Fue necesario el cambio de Canciller, dado que hasta ahí llegaron los remezones que produjo la falla geológica en el entramado de ciertos “acuerdos comerciales”. Salió Taiana y entró Timerman. Altanero,  soberbio y fervoroso defensor, entendidos a su manera, de los derechos humanos. Con otros detalles singulares en su haber, que, misteriosamente, no cuentan en su Curriculum Vitae. Si se confirma la designación de la Embajadora Elsa Nelly en EEUU, habrá podido ponerse de píe, Timerman, del primer tropiezo ni bien pisó el escalón inicial de la sede del Ministerio. Propuso como embajador en EEUU al periodista Martín Granovsky, este caballero olvidable de la módica figura. Fue despachado, Timerman,  de manera poco elegante, lo que demostraría que la desmesura de Kirchner reconoce, en ocasiones, algún límite asociado a su salud. Diría la tribuna, “no come vidrio”. El menú le permite, en ocasiones, sapos y culebras; vidrio jamás. Peripecias del poder que se erosiona aunque se pretenda, vanamente, demostrar lo contrario.

Parece difícil discutir la erosión del Poder. Esto se verifica en niveles que están por debajo de la superficie, más allá de la sencilla apariencia Hay “otra realidad”, un poco más profunda que la mera sucesión de hechos cotidianos. Y son sucesos que van contra la corriente. Este conjunto de sucesos que se tratan de ocultar se dan en el ámbito político, económico, social, Internacional, en el Parlamento, en la “nueva” disputa con la Iglesia y, en ciertos aspectos, en la Justicia también. Y el gobierno trata de contrarrestar estas nacientes y evidentes muestras de  malestar con cortinas de humo, que pretenden distraer y desviar la atención de la ciudadanía hacia otra temática. ¿Qué grado de prelación tiene hoy, en el presente de la Argentina, azotada por la inseguridad, la falta de confianza, el trabajo en negro y un nivel de pobreza como pocas veces se vio, poner en primer plano el matrimonio entre homosexuales? Por cierto, en algún momento, este tipo de cuestiones deben debatirse seriamente. En ninguna parte del mundo es imaginable que alguna legislación de este tipo, se despache en el curso de 4, 5 ó 6 semanas. Sería probable que un francés, digamos por caso, entienda que 4, 5 ó 6 está bien; sólo que pensaría en años, no en semanas, tiempo apropiado para un debate serio y profundo, a la par que se observaría el propio ritmo de la sociedad y la evolución de la cultura y la ciencia.  Este saber algo tiene para decir, ¿no?

Los Kirchner, hijos de la intriga y el misterio, han hecho una manifiesta rutina de ese ocultamiento sistemático. Sin ir más lejos, a pocos días de haber despachado a Taiana, el ex – Presidente afirmó que “Jorge (por Taiana) es un amigo”. Pareciera que en esta categoría sólo hay lugar para los adulones y mediocres. Las reflexiones, y menos en voz alta, están prohibidas. No se aboga por un cotorreo de conventillo; sí por una transparencia de la información que permita saber de qué se trata. Nadie cometería la ingenuidad de pedirle a Kirchner que informe lo que pasó con el faltante del Fideicomiso que se constituyó con Venezuela, a los efectos de “viabilizar” operaciones comerciales. De la misma manera que no se sabe, hasta hoy, lo que realmente pasó con los fondos que desaparecieron de Santa Cruz.

Sólo que en este caso, el de Venezuela,  va creciendo significativamente la magnitud de la sospecha. Para convertirse, al día de hoy, en el tema que mayor preocupación genera en la cúpula del poder. Por el presente, tiempo muy nublado, y el futuro, tormentoso si los hay. Si no se informa, al menos en parte, lo que finalmente ocurre es lo que sucedió con este episodio. Surgen los Taiana, los Sadous, los Sigal, que contribuyen a embarrar todo, para el Poder, aún más de lo que estaba. Hay mucha gente, acá y en el mundo, por oficio, profesión o meramente hobby, que anota y registra los acontecimientos, de tipo anómalo, que se verifican con la gestión de la cosa pública. Bastaría que recuerde, el matrimonio Kirchner, lo que pasó con las valijas del señor Antonini Wilson. ¿También una maniobra “desestabilizadora” de los medios de comunicación? ¿O un dato de la realidad que los medios registraron?

El nuevo Canciller, el señor Timerman, ese atávico ser de las cavernas más oscuras, convenientemente disfrazado de “progresista”, quería creer que la solución con el tema de Botnia, los asambleístas y Uruguay era sencilla. Es por cierto un tema que debe, urgentemente, ser resuelto. Ocurre que no parece tan sencillo como el Canciller creía. La buena voluntad manifestada por el gobierno de Uruguay, no tiene la debida contraparte de los “asambleístas” de Gualeguaychú. Que si bien han levantado el corte del puente, como se sabe es provisorio.

Una cosa es monitorear el Río Uruguay, lo que es elemental, y otra, de mayor complejidad, es el monitoreo al interior de la planta. Si es que se le agrega, por lo demás, la presencia de un veedor designado por los vecinos. Con lo que se suma una nueva categoría para estos vecinos: la de inspectores de calidad. Construida, como se sabe, con las más modernas y mejores tecnologías disponibles para este tipo de emprendimiento. Tarea que debería ser de la CARU, asociada con investigadores reconocidos y que podrían proveer Universidades y centros de Estudio, no con veedores de un pueblo con energía y resolución. Se verá como le va al Canciller, con estos avances que dice estar percibiendo. No estaría de más recordar que este episodio fue calificado por el doctor Kirchner como “una causa nacional”, para terminar convirtiéndose, en días recientes,  en “una causa penal”. Tal vez esto explique cierto semblante destemplado con el que se ha visto al Canciller los últimos días. Pareciera que le cuesta recordar aquella máxima de Baltasar Gracián quien explicó que “el saber y la razón hablan, la ignorancia y el error gritan”.Pareciera padecer, este gobierno y sus funcionaros de mayor jerarquía, la misma sintomatología. Resultan para la apoteosis, los gritos habituales del doctor Kirchner, a los que su mujer no parece contestar con mayor temple y mejores argumentos. Parece que después, en la inevitable caída, quedan como apagados. Véase, sino, al señor Jaime y al señor Uberti.
Tiempos no más fáciles parecen percibirse en el Parlamento, sea en Diputados o Senadores. Sería probable que, a partir de esta semana y finalizado el Mundial, comiencen a reaparecer temas de conflictividad para el gobierno, además de los que se mueven por otras vías, como el mencionado caso de Venezuela. Según el Estado Parlamentario que tengan, podría listarse un conjunto de asuntos de alto impacto político que colocarían al gobierno en un brete complicado. Podría abocarse el Congreso, por ejemplo, a un debate sobre el INdEC y la imperiosa necesidad  de clarificar la metodología de análisis y las cifras que de ahí se difunden. Convertido en un mamarracho para el mundo entero, resulta una verdadera vergüenza que siga tal cual funciona hasta hoy. Se avanzará también sobre el Consejo de la Magistratura, esa suerte de dominio feudal, en el que el gobierno hace lo que necesita para el misterio, la intriga y la mentira. En definitiva, un fraude más.

Terminarán, en todo o en parte también, los poderes delegados que el Congreso ha cedido al Poder Ejecutivo, con todo lo que ello acarrea para las habituales maniobras del oficialismo en materia de arbitrario manejo de fondos. Es muy probable que se revise el funcionamiento, atribuciones y manejo de la ONCCA, fuente de todo tipo de discrecionalidades y manejos irregulares. Por último, y no para finalizar con los temas que están en las “gateras”, es probable que comience el tratamiento del 82 % móvil para las jubilaciones y haberes de los pasivos. Sobre este tema cabría una salvedad. De la misma manera que cuando ocurrió el traspaso de los fondos de las AFJP a la ANSES no se conoció un solo cálculo actuarial para demostrar la solvencia o no de la maniobra, ahora también brilla por su ausencia un cálculo de ese tipo. Porqué de lo que se trata no es solamente del presente, sino, y básicamente, del futuro y la sustentabilidad eventual de la propuesta. Nadie tiene la más mínima duda que los jubilados que cobran la mínima, de aproximadamente $ 800 (el 75% de los jubilados cobran eso), no pueden vivir, ni siquiera sobrevivir, con ese monto. Tampoco se trata de sancionar algo hoy, que mañana será imposible de afrontar. Se debatirá también el casamiento entre homosexuales, dada la urgente necesidad que tiene este tema entre las prioridades de la Nación. Hasta hoy, su resultado es incierto.

Cumplido un año de las elecciones del 28 de junio del 2009, podría dibujarse un cierto esbozo, de cara al futuro, de las tendencias que comienzan a surgir en dicho plano político - partidario. Todavía resulta prematuro dar algo por definitivo. De cualquier manera podrían anotarse hoy tres cuestiones centrales. La primera es que aumenta la dinámica de los movimientos, dinámica que seguirá creciendo. La segunda es que, todavía, hay muchos candidatos para un cargo. Y la tercera, endémico mal del país en más de medio siglo es que, en efecto, hay muchos candidatos pero no hay un solo programa que formule un diagnóstico de fondo y plantee un proyecto estratégico de largo plazo para salir del atraso. Justo ahora, en momentos en los que el mundo brinda oportunidades como pocas veces se dieron, y nuestro país cuenta con un territorio amplio y generoso, dotación de factores excepcionales y una palanca (no objetivo) para el desarrollo, verdaderamente fenomenal, tal cual lo es la cadena agro – industrial, que permite largamente cualquier esfuerzo que requiera el despegue hacia un salto cualitativo y otra categoría de Nación. Parecería ocioso, a la luz de esas prioridades, las prioridades, detenerse sobre agrupamientos partidarias, eventuales alianzas, los que quieren ser y los que no saben, etc. noticias que, por otra parte, están en los medios todos los días. Hasta que no se ponga en consideración un programa con una visión, con objetivos y que nos diga hacia donde marcharemos, todo lo demás resulta lo de menos. Si eso no ocurriese, estamos condenados, para el futuro, a repetir el fatídico pasado.

Este vacío que se anota, y que resulta a todas luces definitivamente suicida, el dejar pasar la historia y reiterar la mediocridad que abruma, discutiendo sin ton ni son y casi siempre al voleo, podría deberse a diversas razones. Sobresale entre ellas otra carencia, cual es la ausencia de una vanguardia, lo que provoca, inevitable, una suerte de presencia ominosa, una dirigencia retardataria. Que mucho atrasa, pero mucho tiempo, varias décadas, no años. Así las cosas, el porvenir es demasiado incierto. Se requiere de mucho esfuerzo y energía, que la hay, para torcer la historia y evitar su reiteración.

Lo que nos ofrece este gobierno es convertir en causa nacional, su disparatada y cruel pelea con el grupo Clarín, que ha llegado a extremos vejatorios del más mínimo respeto a la condición humana. El matutino La Nación es objeto, también, de estos furibundos mandobles. Así se emplea la energía y el poder que resta. Que está en retirada, por cierto, pero que todavía puede causar daños enormes. ¿Es este el programa del futuro que ofrece el matrimonio Kirchner?

“Guardo, entre mis tesoros de cordura,
La nostalgia febril de la locura”.

Estas líneas imperecederas son de Manuel Machado. ¿Kirchner vivirá con algún tipo de nostalgia?


Buenos Aires, julio 12, 2010.

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