octubre 05, 2010

Si la política no da salidas, las salidas suelen ser otras

¡ Guarda !                                    
Cuídense porque anda suelta
Si los cacha los da vuelta
No les da tiempo a rajar.

Cualquier desprevenido extranjero, casual lector de algún diario de Buenos Aires en estos días, y luego de ingentes esfuerzos para entender cabalmente la letra de esta proeza artística, suspiraría aliviado al enterarse que data de 1928. Enrique Santos Discépolo fue el artífice de su letra y su música. Para no andar con vueltas lo llamó, directamente, Chorra. Seguramente atribulado luego de la comprensión de sus términos, nuestro amigo, trabajando meditaciones al estilo de una suerte de paseante solitario, indagó un poco más. A medida que avanzaba, mayor era su desconcierto. No terminaba de entender como era eso de una obra que, escrita en aquellas remotas épocas, reflejaba tan acabadamente datos y hechos del presente, que leía puntillosamente en diarios serios e independientes de nuestra Buenos Aires. ¿O es que acaso la persona en la que pensaba había tenido dos vidas, una en la época de la composición del tango y otra actual y del presente? Nuestro anónimo y transitorio visitante descubría el misterio. La letra era universal y de todos los tiempos, de ahí su vigencia actual; la que “si los cacha los da vuelta” era aquella a quien veía, por una razón u otra, en los diarios de todos los días. Se trataba, sin duda, de la señora Lidia Papaleo.
Aunque parezca descabellado, este informe ha debido ocuparse de esta dama en el envío anterior. Nuevamente, ahora, llama la atención. Nada que pueda llevar a sorpresas y generar asombro, habida cuenta los conocidos hábitos de esta señora para “borocotizarse”, oficio permanente de la viuda del señor Graiver, que deja al célebre ex diputado en condiciones de mero aprendiz. No, no era por honor (¿Qué entenderán por Honor estos “progresistas” de otrora, tal vez de siempre?) que la señora había declarado lo que afirmó. Pareciera, que duda podría caber, que era por algún confort espiritual,  espíritu atormentado al fin, el de la señora, que le habrían sido prometidos por quienes detentan el Poder. Toda esta despreciable maniobra en aras, naturalmente, de la noble causa de “esclarecer” los motivos y circunstancias de la venta de Papel Prensa, hace más de 34 años y poder demostrar así, por parte de dicho Poder, que se habían cometido delitos de lesa humanidad en tal operación comercial.

Papaleo desmiente a Papaleo, podría titularse algún cuento policial, argumento que sería la envidia de algún escritor. Terminaría esta deleznable maniobra con el señor Mitre, la señora de Noble, el señor Magnetto y algunos otros más, presos. Los diligentes servidores estatales, también llamaron a la Justicia, a dos muertos. Si para algunas mentes desquiciadas y perversas, los integrantes de la Suprema Corte de Justicia son unos “turros” y hay que tomar por asalto la sede de los Tribunales, ¿Qué cabría decir de esta maniobra, en términos no soeces, que monta el Poder para asaltar Papel Prensa? ¿Es este escandaloso espectáculo que se realizó en la tarde del martes 28 de septiembre, una muestra más de la tan mentada fortaleza del Gobierno? Todas las circunstancias y análisis disponibles parecen mostrar, por el contrario, todo lo opuesto. Tal vez cabría formular la pregunta inversa. ¿Si esto no es debilidad, que es la debilidad? Dado que, si alguien tiene que andar mostrando persistentemente que es dueño de toda la fuerza, o es por una patología desmesurada, o es que tales fuerzas terminan siéndole esquivas. Lo cual no quiere decir que Kirchner ya esté terminado. Quiere decir que se observa una tendencia, claramente descendente, que parece difícil, sino imposible, de remontar.

No debería llamar tampoco a sorpresa este proceder del doctor Kirchner. A fuerza de tiempo, tiempo lamentablemente desperdiciado, no queda ninguna duda de cual es el código genético de Kirchner. Una concepción del poder, si así se la puede llamar, que se ha mostrado con claridad a lo largo de todos estos años. Concepción que es la acumulación por sí misma de más y más poder. ¿Para qué el tal acopio? Para enunciar proyectos que no constituyen un programa, ni remotamente, y que se mezcla el tal poder, con espurias maniobras de manejo y control económico. A los fines de implementar la tal “concepción”, hay en consecuencia, un determinado método de ejercitarla, precaria forma de demoler y hacer desaparecer al enemigo, ya que nunca adversario. Esta manera de demolición, adquiere la forma de redoblar la apuesta y siempre “ir por más”.Está implícita en su naturaleza, esta patología de la desmesura, este perpetuo avasallar y ese modo de caminar siempre en la cornisa. Este precipicio que está a centímetros de su marcha, ya ha impactado en su salud, y no de una manera leve. Son sus avatares y es dueño de hacer con ella, su salud, lo que estime apropiado en aras de su método y su concepción. Es intolerable, en cambio, cuando con esas armas, se juega el destino de una sociedad. Ya casi ha malogrado su salud; no le será posible, en cambio, jugar con el todo social. Sin embargo, aún persiste. Su choque con los elementos y los hombres, de continuar con estas políticas, será inevitable y cada día que pase más grave aún. No sabemos si el choque será una conflagración o una patética derrota en las urnas, que aunque tal vez desvariara, no las puede escamotear.

Si la política no da salidas, las salidas suelen ser otras. Ahora bien, no cualquier política brinda una salida. Una salida virtuosa es producto de una política también virtuosa. Si eso no ocurre, la salida puede resultar un zafarrancho. Producto de políticas a la bartola, más allá que se escuden por detrás de “concepciones y métodos”, por lo demás y como queda dicho, endeble suma de improvisaciones permanentes. Improvisaciones que suelen devenir perversiones. Pareciera que Kirchner ejercita, multiplicado por menos uno, aquella máxima de Maquiavelo: “Retroceder ante el peligro, da por resultado cierto, el aumentarlo”. Como no sabe ni está acostumbrado a retroceder, a medida que cree avanzar, lo aumenta al peligro, poniendo en serio riesgo el sosiego y la armonía de la sociedad. En consecuencia sigue avanzando, sin medir, tal vez sin importarle, los enemigos que va generando y potenciando. Más avanza, más enemigos genera. Cree advertir realidades, siendo que son meras ilusiones. Podría aventurarse que es el manual de la negación. Las realidades que se observan, son para Kirchner las ilusiones que va creyendo concretar. Sólo hay una dificultad: es difícil que alguien lo crea.

Un ejemplo de lo afirmado podría ser su embestida, a través de terceras personas, contra la Suprema Corte de Justicia. Esta desquiciada campaña comenzó con las declaraciones del doctor Zaninni, cuando este señor feudal, a carta cabal, expresó que “no habíamos puesto a la Corte para esto”. Con lo que debe entenderse que la pusieron para otras cosas, aquellas en las que fallaría a favor del gobierno y sin importárseles un rábano que es la cabeza de otro Poder independiente del Ejecutivo. Este exabrupto de Zaninni obedeció al hecho de que la Corte ratificó que la provincia de Santa Cruz debía reponer en su cargo al doctor Sosa, ex Procurador y expulsado de su cargo por el doctor Kirchner cuando éste gobernaba la Provincia. El gobernador Peralta se comprometió por carta a reponer a Sosa. El Aleph determinó otra cosa y la orden, por cierto, todavía no se ha cumplido. El doctor Sosa debe conocer ciertos detalles comprometedores de la maniobra de Kirchner, cuando sacó a mejor resguardo los fondos de la provincia, tarea de la que nada se sabe. Este desacato es gravísimo, en términos Institucionales.

Ha continuado la embestida con otras aberraciones del gobierno nacional. Lo que a Kirchner más lo perturba y enfurece, es que la máxima autoridad judicial no se haya expedido aún, respecto a un artículo de la ley de medios, el que persigue afanosamente y que le perturba toda su estrategia contra el Grupo Clarín. Es la llamada cláusula de desinversión, o desprendimiento de ciertos activos en términos perentorios. Y es que a medida que el tiempo transcurre, ve aumentar el riesgo de transitar una campaña (sea quien fuere el candidato), sin tener el dominio total y completo de todos los medios. Se diría propagando, no periodismo. Si este último es independiente y no lo puede controlar, aumenta geométricamente su cólera. El “espontáneo” acto del 28 -09, frente a la sede de Tribunales, las cosas que se dijeron y las amenazas que se blandieron, son prueba más que suficiente de su desvarío. Para culminar, la señora Bonafini, vino a agregar que el Presidente del Tribunal, doctor Lorenzetti, recibía “sobres” de las “corporaciones mediáticas concentradas”, embarcadas en un proceso destituyente. Una vez más la señora Bonafini vuelve a equivocarse. Si hubiese algún proceso desestabilizador, que no se alcanza a ver, al menos para una mente no afiebrada, el único responsable sería el propio doctor Kirchner.

En este orden también, otra cosa que lo saca de quicio son las medidas judiciales que bloquearon el despropósito que perseguía el gobierno: “Fibertel no existe más”, había sentenciado el ministro De Vido. La Justicia ha puesto las cosas en su lugar y no ha hecho lugar a estas pretensiones desmedidas y arbitrarias del Ejecutivo. Para completar este panorama, las unilaterales y extemporáneas pretensiones del señor Mariotto, titular del ex Comfer, en el sentido de modificar la “grilla” de los canales de TV y colocar los canales a su antojo y discreción, ha tenido también un retroceso judicial. El 1 de octubre debía cambiarse la ubicación de los canales. ¿Alguien sufrió algún cambio en su casa?

De la misma manera también, el gobierno ha incurrido en otras arbitrariedades y sufrirá mayores reveses en lo inmediato. La primera cuestión, y también con la Corte, es por el caso del ciudadano chileno, el señor Apablaza. Chile ha pedido la extradición, para juzgarlo en sus tribunales que funcionan de acuerdo a Derecho, por un crimen de este señor, perpetrado en democracia. Nuestro gobierno le ha concedido el status de “refugiado” y no lo devolverá al país vecino. Contra la decisión de la Corte, que había recomendado lo opuesto a lo que se hizo. El Presidente Piñera, conservando las formas, ha reaccionado de una forma que no hace sino imaginar un escalamiento del conflicto. Por si fueran pocos los que nuestro país tiene en el orden internacional. Y por si todo esto fuera poco, el gobierno ha perdido la mayoría en el Consejo de la Magistratura, con lo que, teóricamente, se angostan los márgenes de arbitrariedad con los que ha procedido hasta ahora. No sabemos a cuantos ciudadanos le importan estas cosas; estamos seguros, sí, que al doctor Kirchner le irritan aún más (algo más que su colon), y sus obstrucciones coronarias siguen corriendo peligro. En términos de medios, conviene repasar las expresiones del señor José Mujica, presidente de Uruguay: “La mejor ley de prensa, es la que no existe”. Es posible imaginar diversos destinos, desatinos de por medio, para el matrimonio que detenta el Poder. Es difícil suponer, sin embargo, que, dado el curso de los acontecimientos, autogenerados, y la “política” que se ejecuta, que el futuro puede dibujarse al estilo de un cuadro impresionista, venturoso, plácido, amalgamando una paleta de colores y tersura, que permita vislumbrar una placentera tranquilidad. Desafortunadamente, no sólo para los Kirchner; la sociedad entera también corre riesgo de verse sumergida en ese mundo convulso. Es otra manera de “socializar” las pérdidas, mientras todo, una vez más, vuelve para atrás.

¿Quién se ocupa del futuro? Porque es de una lamentable evidencia que nuestro país, aún creciendo a “tasas chinas”, si es que la comparación fuese homologable, en términos relativos y frente al mundo, se encuentra, en el mejor de los casos, estancado. Se diría que bien analizada la cuestión, retrocede, sin prisa pero sin pausa, tal como lo muestra un sinnúmero de indicadores, que ponen de manifiesto en su conjunto, un decrecimiento de nuestra presencia en el mundo global que se vive. Y, por lo demás, la crujiente situación que reflejan todos los indicadores sociales. Por lo que, más que estancamiento, se diría, una decadencia generalizada, un cuadro purulento que abarca la economía y la política, los usos y costumbres morales, en fin, el afincamiento de una degradación cultural. Y esto como consecuencia que el progreso no es un accidente, es una necesidad (en el sentido de un curso histórico de evolución de los procesos), es una parte de la naturaleza. Y como tal, para alcanzar ese proceso de crecimiento, hay que trabajar, y mucho, no hablar todos los días a propósito de cualquier banalidad. Se ha visto a la Presidenta, en cadena nacional hace pocos días, mundo de pompa y falacia, fuegos de artificio, anunciando la modificación de los feriados, ya sea incorporando algunos o corriendo otros, lo que mejoraría el mini turismo de los fines de semana largos. Total, todo es una fiesta y se podría promover una suerte de cambalache, el que en apariencia, para los gobernantes actuales, no tendría costos, ni presentes ni futuros.

Esta modesta ceguera del Poder, nada por cierto equiparable a la de Borges, es la que ha profundizado, aún más, no sólo la decadencia, sino la que abre profundas y peligrosas brechas en el tejido social. Habida cuenta los enfrentamientos que genera y promueve. Con absurdas reivindicaciones de un pasado, por cierto distorsionado, que en nada contribuyen a mirar adecuada y serenamente el presente y el futuro. En efecto, una penosa memoria es aquella que sólo funciona para atrás. Tal como lo indicaba el propio Borges, una buena y noble memoria es aquella que recuerda el futuro e imagina el pasado. Imaginar el pasado, no distorsionarlo, a los efectos de recrearlo y mejorarlo en cuanto se pueda. Y en esta operación, si interviene el rencor, se asiste a un enorme fangal, con grave peligro de quedar empantanados. Y si se hace más fuerza, furor no inteligencia, del empantanamiento es difícil salir. Sobre todo indemne, la sociedad toda, claro está. Los gobernantes de ocasión, por cierto, mañana dejan de serlo y se convertirán en una sombra, tal vez una pesadilla, que con seguridad no se olvidarán, pero no gozarán del grato recuerdo de los habitantes de esta Nación.

Trabajar sobre el futuro es una tarea de la sociedad toda, a condición de que aquellos que gobiernan tengan una concepción sobre él, y la expliquen y la muestren, para lograr embarcar en ese proyecto, y de una manera sugerente, a todos y cada uno de los ciudadanos del país. Pero es el gobierno quien debe encabezar dicho desafío, explicar que entiende del mundo contemporáneo y mostrar hacia donde quiere y se puede llegar. Nada más, ni nada menos. Si esa explicación se comprende, se alinearán, casi de manera automática, todos y cada uno los diversos actores de la sociedad. ¿Qué hace en este terreno la actual Cancillería? Según lo que se observa y se conoce, a cargo de un raro hibridaje de cipayo y mercader, cuyos intereses lejos están de promover un proyecto como el que se señala. Confundido en extremo, por lo demás, con lo que cree entender que es la comunicación en los tiempos que corren. No sólo por su lengua filosa en el tema de los diarios La Nación y Clarín, acción deletérea si las hay. Cree, y así lo practica, que el mundo actual se maneja y se comunica por Twitter. ¿Se ha conocido una concepción tan extravagante de la actualidad? Ninguna crítica a esta modesta forma de transmitir algo. ¿Es eso un Canciller de un país que debe reinsertarse en el mundo?  

Se ha mencionado la decisión del gobierno nacional, en el sentido de brindarle “refugio” al señor Apablaza y no devolverlo a Chile. Ahora bien, ante esta decisión, que va en contra de todos los antecedentes en la materia, ¿Qué ha hecho la Cancillería a los efectos de mejor asesorar el criterio del Ejecutivo? Un mensaje de Twitter del señor Timerman. ¿Qué dice el mensaje? Que el criterio del señor Piñera, por sus reclamos, es una “payasada”. ¿Quién sería el payaso? Parece haber pocas dudas. Se desconoce, a su vez, si es que Cancillería tiene alguna opinión, y en su caso de haberla transmitido, con referencia al acuerdo de las líneas aéreas de Chile y Brasil, LAN y TAM, respectivamente, por la cual han conformado una fusión y ambas compañías pasan a ser una sola, en un determinado período de tiempo. ¿Qué queda de la soberanía de Aerolíneas Argentinas, reestatizada hace poco tiempo? Los cielos de nuestro país, ¿serán más soberanos? ¿Qué tuvo para decir Timerman?  Que se sepa poco y  nada. Una especie de “soberano” de lo transitorio, diría el bueno de André Malraux.

Hace pocos días, la señora Presidenta finalizó una visita, la cual sería casi imposible definir como viaje de trabajo, a los EEUU. Además de su exposición, ante menos de 30 personas en la asamblea anual de la ONU, pocas reuniones más, para las fotos se diría y algún encuentro familiar. Esta fatigosa tarea demandó seis (6) días. Pasaron, ella y su marido, un fin de semana completo, de descanso completo. Sólo interrumpido, según lo que se conoce, por un envío, casi frenético, de mensajes vía Twitter. Ese es el asesoramiento brindado por el Canciller. Dado que estuvo como pasante en la campaña del señor Obama, habrá terminado creyendo que eso era el nuevo Mundo. ¿Alguien imagina a la señora Merkel, dado que en estos días es anfitriona de nuestra Presidenta, trabajando semejantes menesteres, twitteando todo el día? Suena raro, ¿no?

Ya desde sus tempranos inicios, Baudelaire vestía siempre de un negro riguroso, elegido con toda conciencia –sostenía- para una época de luto. Si siguiéramos el criterio del notable poeta y dandi francés, ¿deberíamos los argentinos  vestir por completo de negro de ahora en más?


Buenos Aires, Octubre 5, 2010.

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