diciembre 10, 2010

Formarse es difícl, reformarse lo es más aún

Hubo otro tiempo en el que las cosas parecían más claras. Esta presunta claridad también podría advertirse en estos días, sólo que debido a circunstancias que se buscan presentar como diferentes. El inmediato pasado estuvo dominado por una figura omnipresente. La muerte de Néstor Kirchner alteró, súbitamente, todos los ámbitos de la actividad. El más que ostensible esfuerzo que hacen sus partidarios para demostrar que “aquí no pasó nada”, choca contra la obvia realidad. Murió el director de una orquesta que, pocas veces armonizada, dominó el panorama desde que asumió la Presidencia y se prolongó hasta días recientes. Ahora, en un burdo montaje, sus partidarios intentan una maniobra  pueril: convertir a Kirchner en lo que nunca fue. Un héroe y un mito de la historia nacional. Acontecimientos de estos días, revelan la inutilidad de estas vanas arengas. Guste o no, ahora hay cosas nuevas, que como en todo cambio, arrastra mucho de lo viejo y conocido, hasta el momento que se consolida lo nuevo, luego de un período de desarrollo. Físicamente desapareció Kirchner; sus concepciones, estilos y comportamientos, si cambian, no ocurrirán de un día para otro. No resulta sencillo imaginar a una mujer compañera por más de 35 años de una vida en común, y reconociendo en su marido a su Jefe, olvidando lo que hizo, aprendió y compartió en ese largo recorrido común. Aparecen indicios homeopáticos de una formal mutación.
En circunstancias como las del presente, es natural que lo primero que aparezca sea el desconcierto. Que viene de la mano casi hasta de la ridiculez. En su desatino descabellado, Kirchner la emprendió contra los medios de comunicación independientes, el Grupo Clarín y La Nación, y en particular contra el señor Magnetto. Hoy sus apólogos de la TV pública, que todos pagamos, la emprenden contra la señora Mirtha Legrand. Cuando Kirchner, en el medio de su furia y su locura, jugaba, tomaba una apuesta fuerte y terminaba peleando contra dichos medios; los cacógrafos oficiales se la toman con una señora de edad que, por lo demás, los dobla en experiencia y oficio y goza del beneplácito de una vasta porción de la sociedad. Meros chambones que hacen lo que hacen para, supuestamente, congraciarse con el favor, que no fervor popular. Una vez más, con estos amigos, los enemigos están de más.

Este apunte, que tiene el valor de una anécdota revela, sin embargo, el desconcierto al que se hacía referencia y todo lo que trae como agregado. ¿Qué ha hecho la Presidenta, mientras tanto, en estos 40 días que han transcurrido desde el deceso de Kirchner? Lo primero, es obvio, tratar de cursar su duelo; es difícil agregar que con naturalidad. Es un tema estrictamente personal, sobre el cual no parece atinado comentario alguno. Por más que el Departamento de Estado de EEUU, indague sobre esta cuestión. Es explicable que así sea; dicha secretaría no se interesa por un ciudadano común, sí por la Presidenta de la Nación. No es nuevo ni anómalo que las potencias y cada uno de los países serios, hagan de la salud de un Presidente o Primer Ministro, una cuestión de Estado. No parece atinada la definición que se intenta de estos “cables” como meros chismes de peluquería. Las idas y vueltas recurrentes en esta relación bilateral requieren de una comprensión e indagación sobre el motivo de dichos vaivenes. Que van, si bien se recuerda, desde la contra Cumbre de Mar del Plata con Chávez, Maradona y Kirchner, por detrás, hostigando a la oficial, hasta el afanoso y desesperado intento de una reunión con el Presidente Obama, en el Salón Oval de la Casa Blanca, que hasta el momento no se concretó. No resulta sencillo imaginar a la señora Clinton conversando en un tenor y de determinados temas con la señora Merkel, o con la señora Bachellet, dado que no es imaginable  suponer a alguna de ellas, explicándole a Clinton lo que debería ser la política estratégica y global de EEUU.

Volviendo al plano local se intentará, sí, un análisis político sobre a) su gestión de gobierno y b) el desarrollo de algún entramado que ayude a revelar su gestión política y sus convicciones y/o pasos, a los efectos de controlar el aparato del PJ. En ambos casos hay luces y sombras, y cuando se pretende aclarar, en ocasiones oscurece más. Si se toma el bimestre Octubre – Noviembre, y se extiende por los pocos días de diciembre transcurridos, se puede intentar una aproximación al proceso del último trimestre del año. Luego de la muerte del ex Presidente, pasaron, al menos públicamente, los primeros momentos de congoja y dolor. Parece insinuarse, luego de ese paréntesis, el intento de montaje de un nuevo escenario. Que tiene, al menos, tres pilares. Primero, la imagen de la Presidente, que intentando superar su angustia, se hace cargo de los asuntos de Estado que competen a un primer mandatario. Se correría un telón que dejaría ver que Cristina Fernández tiene convicciones e ideas propias. Por lo demás, su comportamiento luce menos agresivo y frontal que el del ex Presidente. Se analizarán en el curso de estas líneas. Habría ahora, un conjunto de potencialidades que podrían desplegarse, ocultas anteriormente. Al menos en lo formal. En síntesis, mostrar a la Presidenta activa y con las riendas del Poder. Es el primer pilar que se monta y que intenta mostrar la nueva etapa que se abriría. Pocos días han pasado, sin embargo, para que ciertos hechos y datos de la realidad pudiesen hacer crujir aquellos intentos.

En paralelo a lo anterior, y a modo de segundo pilar, maniquea distracción  y destinada al olvido fatal, seguramente total, es el intento de endiosar a Kirchner, mártir y héroe que habría dado su vida en aras de la reconstrucción de la Nación. Un eminente Rumano, Mircea Elíade, el más grande estudioso de las religiones del mundo y sus respectivos mitos, hombre que hablaba, leía y escribía en ocho (8) idiomas agotó, prácticamente, el estudio de los orígenes y el desarrollo de la mitología y sus mitos; sus condiciones de nacimiento y sus componentes básicos. Una ojeada a cualquiera de sus múltiples escritos, por ejemplo Lo Sagrado y lo Profano, revela aquellas necesidades y muestra lo que en esta maniobra de cabotaje está ausente. De lo que se requiere, según nuestro autor,  no hay nada, absolutamente nada. Lo que hay, son, en cambio, las antípodas del mito. ¿Sobre que bases sostener este endeble despropósito? Podría ser, una vez más, una abusiva distorsión de la historia.

Otros tímidos intentos, y como parte del tercer pilar de sostenimiento de la Presidenta, sería el mostrar un intento de mejoría de las relaciones de nuestro país con el resto del mundo. Pensar y escribir sobre esto deriva, inexorablemente, en el recuerdo de ese dandy heterodoxo, revulsivo y genial que fue Jean Cocteau. “Formarse no es nada fácil, pero reformarse lo es menos aún”. Habría que desmentir esta categórica afirmación de este francés, para intentar el camino de la reforma y el cambio. ¿Qué ha hecho nuestra Presidenta, en estos días, para mostrar dicho intento? Es de todos conocido, de modo que una mera referencia es suficiente. Busca saldar la deuda con los Acreedores del Club de París, primero intentando hacerlo sin pasar por el FMI, para luego, al toparse con una obvia pared, da marcha tras, sin demostrarlo y emprende el camino opuesto. Le pide asistencia a dicha organización, a modo de asesoramiento, para la construcción de un IPC de alcance nacional, como forma primera de retomar posteriores y eventuales conversaciones sobre temas que pertenecen a los Estatutos de la organización, y que nuestro país viene ignorando y soslayando desde hace mucho tiempo. En otro orden, en la reciente Cumbre de Mar del Plata se logró que Chávez, inundado por las inundaciones de un chaparrón tropical, no se hiciese presente y, evitar, de ese modo, una tribuna con megáfono frente a la política de EEUU. Esta vez, no hubo contra Cumbre.

Parece despertar también, la señora Presidenta, de los encubrimientos que se pretendieron montar para engañar a toda la sociedad, respecto de la inexistencia del fenómeno inflacionario. Maniobra que como se recordará comenzó hacia el 2007, con la pueril alteración de los indicadores del INdEC. Estos mostraban una tal fantasía, respecto de la realidad dura y cruda, que generó un otro motivo adicional para el hartazgo social.  Con más, hecho no menor,  el descrédito absoluto de los países serios del resto del mundo. Nuestro país habría descubierto una nueva vía teórica del conocimiento económico, en el sentido que una inflación anual del orden del 20 al 25%, puede sostenerse en el tiempo, sin que nada pase y ningún costo presente o futuro por pagar. El señor Boudou llegó al paroxismo, al afirmar que “la inflación no era un tema”. Comienzan a verse ahora, unas ciertas reacciones que indicarían, al menos, que estarían percibiendo, desde el gobierno, que lo que no existía es en realidad un verdadero y serio problema. El camino elegido para el abordaje de esta cuestión no luce como el  más apropiado: un acuerdo entre empresarios, trabajadores y gobierno, a los efectos de sugerir un techo en las negociaciones paritarias del año que viene, que estaría en el orden del 20% de incremento en el nivel salarial. ¿Podría esperarse un acatamiento sin más, por parte de los actores del capital y el trabajo? ¿Quién sería, desde el poder, el encargado de lograr que este planteo prospere? De cualquier manera el intento, sea este u otro, revelaría que se han prendido ciertos sensores que antes, o estaban apagados, o lisa y llanamente, no existían. Por algo, aún lo poco que fuere, se comienza.

Singulares paradojas propias de nuestro país, saltan a la vista cuando se pretende un paso más que el mero relato y se intenta un análisis más pormenorizado y abarcativo. Un avance por delante y detrás de los hechos, que relacionen a estos y busquen una eventual explicación de los mismos. Hubo de morir Kirchner como para que su mujer pudiese, en un primer momento, intentar una cierta y presunta diferencia con el ex Presidente. Que además de las formas, ya mencionadas, busque otros caminos, de otra naturaleza. Todo muy incipiente, como pocos son los días transcurridos desde el deceso del amo del feudo. Aquello que constituía un activo, se presenta ahora, para el accionar de la Presidenta, como el haberse desprendido de un pasivo. Tanto que, además de la congoja por la muerte de Kirchner, la señora Presidenta intenta comenzar con entereza un nuevo camino en soledad.

Estos hechos, en una sociedad propensa a lo melodramático, un tanto melancólica, y como aquel hombre que está solo y espera, más otros acervos adicionales que contribuyen a la formación de la cultura de nuestro país, le habrían permitido a Cristina Fernández, subir algunos escalones en su imagen positiva. Transformaciones emocionales y compasión por la viudez, se los suele denominar, con el agregado del raquítico desierto que presenta la llamada oposición. Si el FPV luce conmocionado luego de la muerte de su jefe, el conjunto no kirchnerista ha quedado más desamparado luego de la desaparición de lo único que los unía, la oposición a Kirchner. Se han cargado, ahora, de un fuerte pasivo adicional. No hay contra quien disputar y, se sabe, en política saber quien es el adversario es un eje central para cualquier estrategia, si  la hay. De modo que a la ya señalada carencia de un programa que aglutine esfuerzos y voluntades, en pos de plantear alguna alternativa a lo existente, lo que aparece es algo así como menos de lo mismo. Y a la luz de tal ausencia, lo que aparecen son candidatos, cándidos, de buena voluntad, empeñados en lograr algún espacio en la consideración pública. Sin apreciar, por lo demás, ni lo prematuro de tales esfuerzos, y por lo tanto, lo inoportuno de tales lanzamientos.

No parece arriesgado afirmar que este tal estado colectivo de compasión por la viudez, no podría durar eternamente. Se está al borde de fin de año, las pertinentes celebraciones de las mismas, las vacaciones de algunos días en enero o febrero, con lo que podría pensarse, al menos en este plano y en la superficie de los hechos, que hasta marzo podría ocurrir un descenso en los niveles de las expectativas públicas, respecto a este panorama político hoy en curso. Que, dicho sea de paso, al común del ciudadano lo tienen mayormente sin cuidado. Si Cristina Fernández muestra una prudencia en el habla, navega apropiadamente en la superficie los no pocos problemas vigentes, puede resultar probable que se produzca un cierto respiro social, del cual, y por otra parte, la sociedad está ávida de que así ocurra. En la jerga escolar, un recreo de algunas semanas. Un criterio más que escolar, en la opinión de Oscar Wilde podría acompañar esta etapa: “Hay momentos en lo que todo va bien; no te asustes, no duran”.

Un par de cuestiones adicionales para redondear estas líneas. Una tormenta de características globales se desató con motivo de las revelaciones del sitio WikiLeaks. Más allá de los múltiples e incitantes análisis que pudiesen formularse a raíz de la aparición de este fenómeno, de índole científico, tecnológico, político y cultural, quedan finalmente las revelaciones que ya son de dominio público. Conocimiento que fue propagado y expandido, no está demás recordarlo, por los “viejos” medios de papel y la TV de todo el mundo. De cómo lo “nuevo” también se apoya y necesita de lo “viejo”. En el caso particular de nuestro país, la mayoría de los “cables”, de conocimiento por quienes están mayormente al tanto de las cuestiones que se desenvuelven en el Estado y el gobierno nacional. Un prudente silencio ha guardado el gobierno. Por dos razones. Se ha conocido y ha tomado estado público, sólo aproximadamente el 10% de la totalidad de los mensajes enviados y recibidos. No sea cosa que si se conociese el resto, la situación embarazosa aumentara de calibre mes a mes, cual un embarazo, cuyo final se conoce. El segundo motivo del silencio, es que al gobierno,  por ahora, y sólo por ahora, le resulta conveniente no agitar las aguas y desviar la atención de otros temas que podrían constituir un verdadero escándalo. Nunca mejor aquello que el silencio es salud.

Lo que incomoda, y en extremo al gobierno, es el caso de las revelaciones que se han producido, en forma de goteo permanente y que erosionan y podrían rebalsar, como la gota que rebalsa el vaso, es la cuestión de las anomalías y desatinos de todo tipo que cometió en su gestión el señor Jaime. En compañía de ese singular personaje, su asesor para negocios vinculados con España, el señor Vázquez. Se podría estar en presencia, si esto sigue avanzando, de un escándalo de proporciones. Las esquirlas de este forma atrabiliaria de tratar la hacienda pública, salpicarían en todas las direcciones y podrían hacer impacto final en la figura del ex Presidente. Un ex Cardenal de nuestro país, que contribuyó en mucho a intentos de concordia en épocas de fragor suicida, tenía como asistente a un curita diligente, que resolvía cuestiones de todo tipo, vinculadas a lo pastoral y lo terrenal. El cura tenía alta propensión a la obesidad y no paraba de comer. El Cardenal pidió un día a sus amigos que no lo invitasen más a comer al curita, dado que este “vivía atormentado por la comida, lujurioso tormento si los hay”. El señor Jaime no parece atormentado por la gastronomía; otras fueron sus apetencias y como todo atolondrado no reparó en obstáculo alguno para el logro de sus objetivos, de naturaleza más crematística. El gobierno intenta, de cualquier manera, quitar esta cuestión de la agenda pública, dado que la corrupción preocupa mucho, y de manera creciente, a todo tipo de ciudadanos. Nadie llega a pensar que Jaime era un trasnochado que realizaba estas maniobras sin conocimiento del Aleph.

Al momento del despacho de este informe se conocen los trágicos acontecimientos de Villa Soldati y zonas aledañas. No se puede afirmar, al día de hoy, si es el final de una escaramuza sangrienta, ya con tres muertos, o, por el contrario, el comienzo de otra escalada de violencia, en la puja por el reparto de la miseria. De modo que por un lado se ve esa presencia, los habitantes de un barrio en contra de ocupantes que pretenden constituir otro asentamiento en tierras estatales. Sobresale más que lo anterior no una presencia, sino una oprobiosa ausencia, la ausencia del Estado, sea el Nacional o el de la Ciudad, para poner coto a estos desmanes e instaurar el orden que debe presidir cualquier acto en democracia. Nuestro país ha sido en extremo generoso con la inmigración, que en buena parte contribuyó a la generación de riqueza en la entera geografía del país. Una cosa es la generosidad de puertas abiertas y otra, en extremo diferente, es la que “sugiere” a los ciudadanos de países vecinos el asentarse en nuestro país. No sea cosa que al entregarse el DNI pertinente, se los induzca a votar de determinada manera en la elección que fuera. Como se sabe, 2011 es año electoral. De ocurrir de esta manera, sería un acto de extremo cinismo y con consecuencias graves. Según pudo verse, esto ocurrió en tierra de nadie y donde valía todo. No parece el mejor ejemplo que pueda brindarse.


“Ni el pasado ha muerto,
Ni está el mañana,
Ni el ayer escrito”.

Antonio Machado nos regaló esta poesía. ¿Qué podríamos esperar del mañana que no está escrito, ni muerto el pasado?


Buenos Aires, diciembre 10, 2010.  

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