febrero 28, 2011

La Tierra Baldía

“¿Dónde está la vida que perdimos al vivir?
¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde está el conocimiento que perdimos en la información?”

Estas tres líneas son una parte microscópica de una obra vasta, monumental (no sólo por su extensión, claro está), demoledora pero, quizás, y tal vez por eso mismo, bisagra del siglo XX en el terreno de la poesía, las artes y el humanismo en general. The Waste Land es el título, traducido en general como La tierra baldía, o en ocasiones yerma. T.S. Eliot es su autor. Hombre que nació en EEUU a finales del siglo XIX, en torno de sus veinte años de edad se fue a vivir a Inglaterra, adoptando esa ciudadanía, y en donde produjo lo más fecundo de su fecunda obra.En 1948 la Academia Sueca le concedió el Nóbel de Literatura. Si bien se mira en la tercera línea de esta transcripción, conviene recordar que la obra fue escrita y publicada en 1928. Sin la avalancha del mundo contemporáneo. Para recordar sólo una gragea de la personalidad de Eliot, baste recordar que en un curso que tomó de filosofía en Harvard, curso a cargo de Bertrand Russell, éste dijo que Eliot era el mejor discípulo que había tenido, para terminar: “No veo razón alguna para que el señor Eliot no ocupe mi lugar” Se entiende con facilidad, era otra época y, por ende, otra clase de hombres. ¿Podría imaginarse, en estos momentos y en nuestras universidades, por ejemplo, alguna afirmación siquiera equivalente a la del señor Russell?  Se podría llamar grandeza, materia preciosa pero no abundante en nuestra comarca. En estos remotos lugares del mundo, dígase al pasar, Discépolo todavía no había parido Cambalache.

¿Qué tendría que ver el recuerdo de esta catedral, resplandeciente, solar, luminosa, que abre y abrió caminos múltiples, con la opaca, oscura, incierta realidad de nuestro país en los días que corren? En apariencia nada; en esencia mucho, mucho más de lo que surge a primera vista. Comenzando por el título. ¿Es posible imaginar una tierra más baldía, yerma, literalmente casi basural, sin ningún proyecto, propósito, visión que convoque sugerentemente a la empresa común de hacer una Nación, cual el panorama que brinda la realidad política de estas pampas? Todo lo que se ve, absolutamente todo, con honrosas excepciones, es el de un gigantesco desierto, con escasas ideas, pocas de las cuales, por lo demás, tienen algo que ver con los desafíos que plantea el siglo XXI. Brilla el populismo, de la mano de la demagogia y el clientelismo vulgar, que orada y socava; se desconoce, cuando se plantea excepcionalmente, la mejor manera de insertarse en el mundo, ignorando por lo demás hacia dónde va éste y como aprovechar, en consecuencia, las múltiples corrientes del intercambio global, a las que seguramente una política inteligente y racional ayudaría para aprovechar los desafíos que dicho mundo genera.

En esta tierra baldía, yerma, desértica, se desenvuelve el presente, se desarrolló buena parte del pasado, y el futuro inmediato que se vislumbra no permite inferir sustanciales modificaciones. Y no se habla sólo del gobierno; buena parte de la llamada oposición pareciera padecer el mismo síndrome, al menos el del vacío de ideas, criterios sobre cómo superar esta encrucijada. En consecuencia, y a tono con el año electoral que comienza, se asiste a una suerte de carrousell en donde todos pugnan por acercarse a la sortija. La impresión que campea, al día de hoy, es que si la alcanzaran, pocos sabrían que hacer con ella. No se quiere decir que todo esté cerrado; al revés, tal vez todo está abierto. Convendría abstenerse de prematuros vaticinios. En ocasiones, la dinámica de los acontecimientos supera la imaginación. Si ésta es rutinaria, más aún todavía.

El gobierno, en estos sesenta días del nuevo año, continúa con sus errores, gruesos, y sus mañas, bien conocidas. En su maniobrar nada nuevo aparece, que no sea el esfuerzo, de cualquier tipo e índole, para lograr que la Presidenta alcance una reelección que le permita continuar en su cargo. Este es el único objetivo de todos sus esfuerzos y el motivo de todos sus desvelos. Lo demás, con todo lo importante que pueda ser, será lo de menos. Este camino resultará sumamente escabroso, y poco indica, en el presente, que se pueda alcanzar en plenitud, y de alcanzarse, sería en todo caso en un tránsito plagado de innumerables zozobras, contratiempos e imprevistos habituales. El gobierno hace como que las ignora, las esconde, tapa, y hasta se burla de los ciudadanos cuando niega realidades cotidianas que todos padecen. El panorama que aparece a simple vista, además de la carencia absoluta de ideas, es el de la ausencia de un jefe, que ordene, aglutine, imprima una cierta dirección a los actos de la gestión de gobierno y que sea reconocido como tal, tratándose como se trata, de una forma del PJ en el poder. Se diría, en síntesis, que no hay batuta ni partitura. ¿Qué puede salir de todo este vacío que no sea algo más que la paupérrima improvisación que se observa a diario?

Los argentinos en general, y los porteños en particular, algo saben de cacatúas. Es por el tango de Celedonio Flores, Corrientes y Esmeralda, que inmortalizó Gardel. Quien más, quien menos, ha tenido su experiencia a propósito de este espécimen. No siendo nuestro país uno de aquellos de rarezas tropicales (al menos en cuanto al clima), es menor el conocimiento y la experiencia que se posee respecto al loro. Winston Churchill tenía la compañía de uno de estos plumíferos. Charlie era el nombre de este incomparable “amigo” de este hombre. La faena de educarlo en el habla (desconocemos en que momento lo haría), pareciera que es una de las pocas cosas que a Churchill no le salió del todo bien. Ocurre que Charlie era tremendamente mal hablado y se pasaba buena parte del día profiriendo todo tipo de insultos, contra los nazis en general, y, por sobre todo, contra Hitler en particular. Las situaciones más incómodas se producían cuando Sir Winston recibía, por razones de su tarea y su responsabilidad, a algún enviado del régimen nazi. Charlie parecía oler los visitantes y comenzaba la catarata de insultos e improperios de todo calibre. El anfitrión, sin perder su paciencia, debía levantarse, llevar al loro a otro sitio, mientras éste más gritaba y se enardecía, a los efectos de poder continuar con su tarea. Al regresar a la reunión, un sobrio sorry, permitía la continuidad del trabajo. Los especialistas dicen que los loros son longevos; pocos casos como Charlie, quien murió a sus 104 años. Dicen los conocedores que murió de tristeza, luego de la muerte de su “amigo”.

¿Qué extraños sucesos pueden haber ocurrido en estas latitudes para que nuestra dirigencia política haya mutado, de tal forma y manera, que la mayoría se comporta como pésimos herederos de Charlie? Todos hablan de todo, al unísono y a los gritos, nadie escucha al otro, pródigos en insultos e improperios. La situación se vuelve más inexplicable si la pregunta es ¿porqué pelean? Digamos, a modo de ejemplo, ¿las candidaturas testimoniales?; más elevado aún, ¿las listas colectoras?; ¿enseñar la asignatura “escraches” en el nivel secundario? ¿Torneo de fútbol Nestor Kirchner, en medio de una propaganda escandaloso? La lista, en fin, podría seguir al infinito. No parece que este sea el sentir y el latir más profundo de nuestra sociedad, que asiste aturdida y perpleja, a este tipo de “debates”, si no de loros, sí de cacatúas. Celedonio Flores, de existir, debería asistir a un curso aceleradísimo para comprender este fenómeno, y luego poder pintarlo, con la misma agudeza y profundidad, tal como la que  inspiró su obra. ¿Qué podrían decir los vociferantes propagandistas oficiales?

Entre tanto, ¿Qué hechos ha producido el gobierno, al menos desde comienzos del año hasta estos días? Son conocidos y no podrían denominarse más que torpes zafarranchos. Está el tema del denominado Narco – Jet, con el que comenzó el año, pero resulta que no es más que una continuidad de una práctica casi habitual. Nadie en su sano juicio puede imaginar que esta “operación”, pudiese realizarse sin la connivencia de esferas superiores del gobierno, más allá de la audacia de dos hermanos que “pilotaban” el aparato en el que se transportaba esta mercadería. ¿Hasta dónde llegará esta cuestión? es este un tema que hoy se desconoce, pero de continuar avanzando, sus esquirlas podrían salpicar a relevantes figuras del gobierno nacional. Se ha confirmado que el doctor Kirchner usó dicha máquina en parte de su campaña. Pareciera que una cierta debilidad por las cuestiones aéreas aqueja al Poder. El precursor en esta materia ha sido el señor Jaime, quien usó y abusó de este medio, siempre en aviones privados. No podría olvidarse el caso del simpático señor Antonini Wilson, quien en una máquina aérea, también, pretendía introducir un portafolio con U$S 800.000, sorteando, obviamente, la Aduana. En esta misma materia aérea, hace más de un trimestre que se “perdió” un helicóptero oficial de Buenos Aires, con un comisario retirado de la bonaerense, como único pasajero, y del cual nunca se supo más nada. Ni del comisario ni de la máquina. ¿Se los “tragó” el mar? Nada se ha podido saber.

Los desaguisados con los aviones continúan, sólo que en este caso, el del avión de EEUU, las repercusiones y los actores tienen otra envergadura. Y si no se arregla, y rápido, las consecuencias serán, no novedosas, pero si de extrema gravedad. Violando todo tipo de normas y acuerdos y experiencias anteriores, el gobierno nacional decidió “interceptar” en Ezeiza un avión de las Fuerzas Armadas de EEUU, destinado a continuar entrenamientos para las fuerzas de seguridad de nuestro país. Curso que se había realizado en diversas oportunidades del pasado reciente. El señor Timerman, convertido en una suerte de Rambo del subdesarrollo se colocó, valientemente, al frente del operativo,  que forma parte, como se dijo, de una cosa que no ignoraba. Con la inefable compañía de la señora Garré. Dado que es una operación de seguridad, sofisticada y compleja, hay elementos sensibles que atañen a dicha cuestión. Y hay manuales de instrucción y procedimiento y códigos secretos. Como se comprende, no son instructivos para jugar a la maroma. Nuestro país, en defensa de su soberanía, secuestró dicho material, y hasta el día de hoy no lo devolvió. De continuar esta situación, las consecuencias, como se dijo, pueden ser en extremo graves. Ocurre que, en ocasiones, no vemos las cosas tal cual son; las vemos tal cual somos.

Quisieron los astros y la fuerza del azar, que este episodio ocurriera pocos días después que se conociera, oficialmente, la visita del Señor Obama, a un par de países de la Región. Ni por la astrología ni por obra del azar, el señor Obama omite, en su gira, a nuestro país. Pareciera alcanzarle, para tomar un pulso de estas realidades, con la suficiente visita a Brasil y Chile. Lo de El Salvador es otra cuestión que no es objeto de estas líneas. Hectolitros de vinagre recorrieron las arterias del gobierno, ni bien se hubo enterado de esta buena nueva. La señora Presidenta, esperanzada desde los inicios en la creencia que el señor Obama es diferente al señor Bush, de hecho lo es y en muchas cosas, no percibió, sin embargo, una cuestión central: EEUU, en materia internacional, no se guía por amigos más o menos fraternales o simpatías de ocasión. EEUU tiene intereses estratégicos, que son los que guían su accionar. En esta línea de razonamiento y consecuente accionar, es como siempre se ha movido. ¿Recordará la Presidenta la contra cumbre de Mar del Plata? Hoy Obama pasa la factura de su país, no personal.

Ciertos progresistas de nuestro país, que padecen esa enfermedad infantil de quienes no entienden en que consiste el verdadero y auténtico progreso de las sociedades, se sentirán, seguramente, de parabienes, dado que, argumentan, ¿Qué importancia tiene que el señor Obama no pise nuestro país? Tendrán, también en marzo, otra alegría de igual calibre. El Director Gerente del FMI, el señor Strauss-Kahn, también hará una visita a la región. De nuevo un par de países de la zona. Nuevamente se omite a nuestro país. ¿Qué podría impulsarlo al señor Strauss-Kahn a conversar con las autoridades del gobierno, luego que éste, además de despotricar permanentemente contra las “recetas” del Fondo, se permitiera, por lo demás, “aconsejar” al Mundo sobre la mejor receta para sortear la crisis que ocurrió? Un país que, por añadidura, falsifica groseramente sus estadísticas, convive con una inflación anual del orden del 25% y se niega, frutilla del postre, a que sus cuentas sean revisadas por el Fondo, cuestión esta que pertenece a los Estatutos de dicha Organización y que nuestro país desconoce. Nueva muestra de soberanía y otra alegría para la progresía de opereta.

“Me vi a la sombra o finao” dice Malevaje, ese tango producto de una conjunción singular de una pavadita de poetas populares, Filiberto y Discépolo. El recuerdo de estas líneas debe ser maldecido y aborrecido por un conjunto vasto de funcionarios del más alto nivel, aprendices de talibanes, que comienzan a advertir que, eventualmente, ese podría ser un futuro posible para ellos. Esta es la lucha, sorda y despiadada, que está en curso en estos días. Se trata de la candidatura, o no, de la señora de Kirchner para un nuevo período presidencial. Si la señora no llegase a alcanzar el triunfo, que tanto afano despierta entre estos incondicionales, podría comenzar a tallar un viejo dicho de los frecuentadores del Abasto porteño; la gloria o Devoto. Si se confirmase que la señora se presentara para la reelección, cuestión que todavía formalmente no ocurrió, necesitaría, a todos los efectos, intentar un triunfo en la primera vuelta. No es imposible, en términos teóricos, aunque no parece cercano, dado el devenir de los acontecimientos. En la segunda vuelta, mucho más complejo se presentaría el panorama. Frente a esta realidad, continúa, a todo vapor, el arsenal de propaganda y engaño que se necesita montar, para que la ciudadanía crea que ese objetivo es posible. Aún las más irrisorias maniobras. Se ha visto en estos días a un encuestador, reputado como serio, “informar” que sus proyecciones de un estudio de 1.800 casos a nivel nacional, permiten inferir que la señora obtendría, en primera vuelta, un 51% de los votos. Suelen ocurrir despropósitos; este es demasiado burdo para ser tenido en cuenta. Pero estas cosas, y seguro peores, seguirán ocurriendo. Perón los tildaba de “piantavotos”; hoy se los puede llamar como se desee, pero producen el mismo efecto.

Este fárrago de acontecimientos inusitados, y que sin embargo existe, digamos, lo que hay, es lo que se esconde por detrás de la pelea por las listas colectoras. Se trata de intentar sumar de cualquier manera y con cualquier método. ¿Qué podría aportar a estos fines la figura del señor Sabbatella? Más aún, y al revés, ¿No podría ocurrir que además de un magro aporte, termine restando más de lo que aporta? Nadie podría negar la trayectoria de peronista del señor Kunkel, más allá de lo que sobre él se piense.  En una reciente declaración, sin rodeos afirmó: en la Provincia yo voto a Scioli. También es un intento de acotarlo, ni nuevo, ni único ni final; no sea que al Gobernador se le despierten otras imaginaciones, que eventualmente pueden ocurrir, pero, en todo caso, será bastante más adelante. Hoy está en la etapa de ser limado, ni prolijamente ni de manera embozada. Después se verá. Mientras tanto, los irrefrenables amigos de CFK continúan con su esfuerzo; podría ocurrir que terminen arando en el mar.

En otra muestra adicional de su accionar “a la bartola”, es que se intentó pasar límites que, en política, son infranqueables. Esto es, la súbita detención del señor Gerónimo Vengas, “el Momo”, secretario de un gremio en extremo numeroso y, por añadidura, secretario general de las 62 Organizaciones. La reacción de toda la CGT no se hizo esperar, y por su contundencia y universalidad, produjo, rápidamente, lo que debía ocurrir. Venegas fue liberado. Si hace un tiempo, fulminantemente, las paredes de Buenos Aires se llenaron con carteles con una escueta pero contundente consiga, “No jodan con Perón, ahora parecen dos cosas. El gobierno sigue sin advertir ni comprender que hay cosas que se pueden hacer y otras no, de ninguna manera. La segunda enseñanza sería la compacidad de la reacción gremial. Para no entrar en sociologismos de entre casa, conviene observar la conducta de la CGT en el caso Zanola y en el reciente de Pedraza. La mera comparación brinda una idea acabada y cabal, para quien quiera comprender, de las cosas que ocurren cuando se franquean ciertos límites.

En una maniobra que aparece casi como un calco de aquellas ideas y procederes propios del Gatopardo, el último viernes de febrero el gobierno procedió a eliminar la ONCCA, el organismo de control sobre el sector agropecuario. Dado que esta se elimina, pero se crea un otro ente a los mismos fines y efectos. Era insostenible la continuidad del engendro, habida cuenta las numerosas maniobras de corrupción, algunas en la Justicia, y otras del mismo tenor en cuanto a su torpeza e inmoralidad. No parecía un modelo de la tan mentada transparencia. Por lo demás, autor de innumerables aprietes y extorsiones que lo único que hacían eran manosear y perturbar al sector. Esta cosmética, por ahora, es lo único que hay de nuevo y que continúa la línea de eludir los problemas, soslayar e ignorar las verdaderas soluciones y entretener a algunos incautos, podría decirse.

Sin par en el siglo XIX y con escasísimos herederos en el XX y lo poco que va del actual XXI, Sarmiento, arrollador, temperamental, contradictorio, claro que sí, sufrió sin embargo el país como pocos. Y supo sacar de sus propias contradicciones, tal vez por eso un genio, siempre y en todas las ocasiones, una síntesis que superaba sus propios opuestos. Su conocido mal humor, era en las pocas ocasiones que no lograba superar sus antinomias. Escribió en una oportunidad: Argentino e ignorante se escriben con las mismas letras. Luchemos para que no se transformen en sinónimos”. No sabemos si el propio Sarmiento estaría conforme con el derrotero de nuestro país y entendería que no hemos convertido en sinónimos lo que él luchó para evitar. Borges, terminante cuando quería serlo, escribió que los argentinos habíamos ungido como nuestro libro de cabecera el Martín Fierro. Concluyó: “Si hubiésemos elegido Facundo, otra sería nuestra historia y mejor”. Se cumplen 200 años de su nacimiento; el gobierno, con la hidalguía que le es propia, decidió ignorarlo por completo. ¿Habremos avanzado realmente en aquel noble propósito que nos propuso el sanjuanino?


Buenos Aires, febrero 28, 2011.

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