abril 01, 2011

"Los Idus de Marzo"

La reflexión que sigue es del autor de La fiesta del Chivo, la novela en la que Mario Vargas Llosa retrató la precariedad de la vida en la República Dominicana bajo el caudillaje brutal de Rafael Leonidas Trujillo: «Siempre entro en la perplejidad y la confusión cada vez que me preguntan sobre la Argentina. Yo creo que entiendo todo en política latinoamericana, salvo la Argentina. Para mí, la Argentina es una especie de galimatías indescifrable porque, ¿cómo se puede entender el caso de la Argentina? Un país que era democrático cuando tres partes de Europa no lo eran; un país que era uno de los más prósperos de la Tierra cuando América latina era un continente de hambrientos, de atrasados. El primer país del mundo que acabó con el analfabetismo no fue Estados Unidos, no fue Francia; fue la Argentina, que creó un sistema educativo que era un ejemplo para todo el mundo y un instrumento extraordinario de creación de igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos. Ese país, que realmente era un país de vanguardia, ¿cómo puede ser hoy día el país subdesarrollado, empobrecido, caótico que es? ¿Qué pasó? ¿Alguien los invadió? ¿Estuvieron enfrascados en alguna guerra terrible? No. Los argentinos se hicieron eso. Los argentinos eligieron a lo largo de medio siglo las peores opciones y, además, siguieron eligiendo las peores opciones a pesar de todas las experiencias negativas».
Este es, textualmente y en pocas palabras, el pensamiento de Mario Vargas Llosa expuesto recientemente y en oportunidades anteriores, sobre nuestro país. A mediados de este  mes de marzo que finalizó, se ha vuelto a expedir, en términos similares, a propósito de la descabellada y fantasmagórica opinión que surgió por estas playas, emitida por un núcleo de “intelectuales” de la denominada Carta Abierta, cuya expresión más alucinante salió de boca del señor González, no el risible personaje de Olmedo, pero mucho más absurdo, el hoy director de la Biblioteca Nacional. Hace aproximadamente XXI siglos que González esta fuera de época. Y la propuesta de esta gente era que no fuese Mario Vargas Llosa quien hablase en la apertura de la feria del libro, en Buenos Aires, hecho que ocurrirá en Abril. Y no podía serlo por reaccionario, vocero de la peor derecha y encubierto agente de la CIA. Además de haber sido premiado, sospechosamente, con el último Nóbel de Literatura. Estos fueron los sonidos emitidos por estos sonámbulos. Lo que también se sabe, claramente, es que estos hechos trascienden rápidamente las frágiles fronteras del país, frágiles por distantes y ausentes que estamos, y que vienen a agregar un elemento adicional a la perplejidad con la que el mundo sigue los procesos de nuestro país. No sabemos si Vargas Llosa leyó a Sanuelson, aquel economista con el que se formaron los economistas. Samuelson, también Nóbel de Economía en 1970, expresó en una oportunidad que hay cinco clases de países en el mundo: los capitalistas, los socialistas, los de un sistema mixto y dos más: Japón y Argentina. Nos incluyó entre las rarezas y excentricidades del mundo, por las mismas y exactas razones que hoy explicita el escritor peruano.
No resulta difícil coincidir con el reciente ganador del Nóbel. ¿Quién podría estar en desacuerdo con la caracterización y el diagnóstico que formula respecto a la inocultable y penosa decadencia del país? En efecto, nadie nos invadió, no se estuvo inmerso en una guerra terrible, no han ocurrido catástrofes naturales, tal lo sucedido es otras latitudes y que sí, dejan huellas imborrables. Es opinable, sí, su afirmación que lo ocurrido obedece al daño que los propios argentinos nos hemos infligido, votando lo que hemos votado por más de cincuenta años. El sitio que hoy ocupa González estuvo, en otros tiempos, en manos de notables pensadores y escritores que honraron dicho cargo: Groussac; Lugones, Borges, entre otros. González no ha pensado en renunciar.

“Bárbaros, las ideas no se matan”. Una vez más viene en nuestro auxilio el recuerdo de ese hombre cabal que fue Sarmiento. Como es sabido, escribió esta frase con un trozo de carbón, en una roca de la Cordillera, cuando marchaba al exilio en Chile. Viene a nuestra memoria, a propósito de la desfachatada maniobra del gobierno y alcahuetes diversos que impidieron, el día domingo 27 de marzo, que el diario Clarín y parte de la edición de La Nación,  pudieran salir de sus talleres, bloqueados por una muchedumbre de aproximadamente cincuenta personas. Argumentando un conflicto gremial inexistente. Y funcionando “el operativo”, de manera similar a lo ocurrido con el asesinato del joven Ferreyra, baleado, entre otras cosas, dada la “zona liberada” dispuesta por la Policía Federal, y de quien ella depende, la inefable señora Garré. La que lamenta, exceso bestial de cinismo, “no haber podido leer el matutino el domingo”. Siguiendo con el enfermo modo  del gobierno para “resolver” los problemas: ¿Y a mi porque me miran? ¿La señora Presidenta? Pareciera que no se enteró de un hecho que conmovió al país y a la prensa del mundo. El Ministro de Trabajo, patética encarnación del doctor Pangloss, entendió que la cuestión se limitaba a “un conflicto gremial”. No vale la pena insistir con la afiebrada actitud del elenco gubernamental, dado que la ciudadanía, al “no comer vidrio” entendió y entiende de que va la cosa.

Parece, en demasiadas y frecuentes ocasiones, que nuestro país sigue cruzado por el antagonismo crucial que también marcó Sarmiento hace aproximadamente un siglo y medio: Civilización y Barbarie. Con el lastimoso agregado, al decir de Vargas Llosa, que los hechos que podrían marcar un camino a la Civilización son cada vez más infrecuentes y, por el contrario, constituyen un hábito casi cotidiano, las prácticas propias de la Barbarie. Al menos, y no parece poco, en las maneras habituales con las que el Poder desenvuelve su práctica de gobierno. Porque la ocurrencia de este hecho que se señala no resulta ni novedoso ni inesperado. La agencia oficial de noticias Télam, anticipó, una hora antes, que los piquetes se instalarían frente a los talleres de Clarín y La Nación. Y así ocurrió, efectivamente. ¿Por qué la Ministra Garré no dio la orden de desalojar prudentemente la zona? ¿Consultó con alguien la ministra esa decisión? No parece un criterio para adoptar en soledad.

Porque la señora Presidenta parece desligarse de todo lo que ocurre en las esferas de gobierno, con excepción, claro está, de los reiteradas y repetidos anuncios de reinauguraciones o proyectos “para el bien de todos”. Dado que cabe la pregunta: ¿Estará al tanto Cristina Fernández de los actos de gobierno que produce su “gestión”? Esto en el caso que pudiera encontrarse algo más que la parálisis gubernamental. En la suposición, por lo demás, que la gestión del señor Moreno y de la AFIP estuviesen a cargo de marcianos. Si alguien hubiese imaginado un acto dañino, que perjudicase el andar de la señora Presidenta, nada mejor que estos piquetes gremiales. Su imagen cae estrepitosamente y los alquimistas que la rodean continúan edificando castillos de arena. Muy bien acompañada en su “Cuesta Abajo” en la rodada, por el dueño de todo lo que se mueve, que es de camioneros, tal cual se sabe y se constata. ¿Son socios o enemigos? El tiempo terminará de definirlo, pero claro está, en caso de unión, es  por el espanto. Por si fuese escaso este incompleto “relato”, el día martes 29 de marzo, la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, condecoró a Chávez con un premio por su respeto a la Libertad de Prensa. ¿Alguien visitó la casa, en Nonogasta, dónde nació Joaquín V. González, el fundador de la Universidad platense? Quien no la conozca, sepa que de ese paraje y de esa cabeza nacieron propósitos nobles e ideas brillantes. No semejante mamarracho. ¿Barbarie? ¿Decadencia? Ambas, probablemente.

En otro orden de cosas, se había advertido desde estas líneas, en el informe anterior, que si la cuestión con el avión de las Fuerzas Armadas de EEUU no se encaminaba hacia una solución, y rápido, la situación iba camino a deteriorarse. Lamentablemente, es lo que ha ocurrido. Sólo que el incremento en el conflicto no subió un mero escaloncito. Para disipar toda duda y que no hubiese lugar a malos entendidos, ha sido directamente y sin intermediarios, el propio señor Obama quien se ha ocupado del asunto. Dado que decidió no participar, en su gira, en una visita a nuestro país, sí, en cambio, habló al finalizar la misma. Recalcó el carácter “imprevisible” que tienen las relaciones con nuestro país, habida cuenta de la incertidumbre de nuestros comportamientos. La ausencia de compromiso a cualquier acuerdo, tratado, convenio, o como se quiera llamar, que nuestro país firma, para luego desconocer y violar lo anteriormente acordado. Agregó, Obama, que la próxima oportunidad en la que se vea con nuestra Presidenta, le preguntará si cree (ella), que su país podría recuperar el material que el nuestro interceptó, incautó y que sigue sin devolver, en esa heroica cruzada que titulariza el hasta hoy Canciller. De nuevo corre la pregunta ¿Timerman actúa por impulso propio, o consulta en este tipo de cuestiones con la señora Presidenta? No parece sensato suponer, por más que de este hombre se puede imaginar cualquier cosa, que éste tipo de decisiones sean de su propio sello.

El Diputado Kunkel, diplomático de fuste si los hay, preguntó a modo de paliativo, si es que las medicinas y drogas incautadas no serían para consumo propio, de los mismos instructores, o en su caso, para ser “repartidas” entre algunos amigos locales. Como se ve, la contribución para la distensión del tema, si es que realmente interesa, recorre caminos que oscurecen mucho más de lo que aclaran. Círculos diplomáticos diversos, con sede en la capital de EEUU, tanto como prestigiosas publicaciones que siguen el desarrollo de la política exterior y las relaciones internacionales del país del Norte, afirmaban, con una cuota de verdadera sorpresa, que la actuación del señor Timerman, en el episodio de la valija incautada, era imposible de ser superada por lo mejor de Fellini. Si de arte se trata, es imposible, en efecto, su superación. Si es el grotesco que su arte muestra, pocas escenas de su filmografía están siquiera al nivel de lo acá ocurrido. El grotesco de nuestro canciller, claro está, no el del maestro italiano.

Todos estos episodios, tanto el vinculado al del avión, cuanto el que se refiere a las declaraciones del señor Obama, habían sido precedidos por un par de acontecimientos, también del ámbito internacional, que informaban adecuadamente, para quien quisiese entender, el clima que imperaba, e impera, en el resto del mundo con referencia a sus opiniones sobre nuestro país. En primer lugar, un viaje a París del ministro Boudou, con el objetivo de ir “afinando” la propuesta de pago que Argentina presentaría. En los lugares civilizados, no tratan a los cachetazos a nadie; en ocasiones, lo que se hace, es peor. Boudou fue completamente ignorado, con lo que se infiere que los países que integran el Club de París, pretenderían atender estas cuestiones con las autoridades que surgieren  de los comicios de octubre. Al ministro y candidato a Jefe de Gobierno de Buenos Aires, “pícaro” si los hay, tampoco le venía mal. Más adelante se verá. El otro hecho es del Departamento de Estado de EEUU, que en su informe anual de las economías del mundo, calificó como “dramática” la situación y evolución de la inflación en nuestro país. El año anterior, la definición había sido “preocupante”, con lo que se revela, una vez más y por si hiciera falta, que la inflación que mide el INdEC la cree el señor Moreno, el nuevo y reputado analista político y económico, Víctor Hugo Morales y la tanda cómica del 678 en el canal  gubernamental, más que estatal.

Monumental. Resulta absolutamente imposible encontrar otra definición, si es que alguien pretende referirse a la vida y obra del Conde León Tolstoi. Baste recordar que uno de sus monumentos, La Guerra y La Paz, constituye una novela, que según las ediciones, consta de aproximadamente mil quinientas páginas. Anna Karenina, otra de ellas (¿quién podría olvidarla?), son nada más que quinientas cincuenta páginas también. En 1928 comenzó en Moscú, un trabajo un tanto meticuloso, propio de esta gente cuando decide investigar algo en serio, y recién treinta años después, en 1958, lograron terminar. Era para clasificar, depurar, ordenar y editar la totalidad de los escritos de este hombre. Concluyeron en noventa tomos,  de cerca de setecientas páginas cada uno. Vale la pena visitar el Museo que en el centro de Moscú levantaron como homenaje a este ser excepcional. En uno de sus pasajes memorables de Guerra y Paz, dice uno de los personajes: “Antes de dar al pueblo sólo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si no se está muriendo de hambre”. Seguramente, este tipo de preguntas o afirmaciones no incomoden a los gobernantes de nuestro país, dado que ¿Quién lee hoy La guerra y La paz? Muy pocos, y tal vez, y entre otras cosas, dado que buena parte de la sociedad argentina padece hambre. Según estimaciones serias y confiables, hay en nuestro país 13MM de pobres y 4 MM de excluidos, directamente, lo que hace un total de 17MM, de semi marginales de lo que se podría esperar cualquier cosa, menos que encaren la lectura de estas obras ¿Y los dirigentes de la Política? Poca importancia parecen adjudicarle, dado que no son temas para mañana, ni nada resuelven para hoy.


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En el mes de marzo, acá en nuestro país, han ocurrido una buena cantidad de sucesos, además de los señalados, que más allá de las diversas opiniones que puedan formarse, resultaría difícil no catalogarlos como síntomas de lo que ocurre: todo es difuso, confuso y por demás atrabiliario. La señora Presidenta, en campaña todos los días, no sabe todavía contra quien se enfrentará en la contienda, si es que ella participa, lo que parece natural, porque si no ¿a qué la campaña de todos los días? ¿Quién podría reemplazarla de no ser ella la candidata? ¿Regalaría el Poder, por más que las sombras del futuro sean en extremo inciertas? Todavía no está segura de ganar en primera vuelta, lo que genera mayor incertidumbre aún. Y en una perfecta lógica dialéctica, en buena parte esta incertidumbre, depende de lo que pueda articular la oposición, si es que algo de eso puede hacer. El peronismo no K, una suerte de carbónico mojado de lo que imaginaba ser, sigue mordiéndose la cola, como el perro que no sabe dónde ir. El perro gira sobre el piso; estos disidentes, están a un paso del abismo. La UCR, en un gesto de sensatez por parte de Ernesto Sanz, decidió no participar en las pre-internas de finales de abril, para concurrir directamente a las primarias de mediados de agosto. Y el ingeniero Macri resolvió uno de sus primeros dilemas, al fijar la fecha de las elecciones de la Ciudad para el 10 de julio. No define todavía, si participará en las presidenciales o, por el contrario, intentará repetir su mandato en la Ciudad. Todo este menjunje suena, para el ciudadano de a pié, definitivamente incomprensible y ajeno a sus verdaderas y acuciantes preocupaciones cotidianas. Mientras tanto, el frenesí del consumo, con cuotas, tarjetas y todo lo disponible, avanza a paso violento y peligroso. Un estudio de correlación serio, tal vez ayude a esclarecer la correlación entre el valor de la compra en cuotas y su impacto en el comportamiento electoral. No solo no sería menor, sino, y por el contrario, muy alto. El gobierno lo sabe, con lo que es de esperar que de acá a octubre con el ingreso de las divisas de la soja mediante, se pueda continuar la “fiesta”, con planes, ayudas diversas, aumentos a perceptores de ingresos fijos y todo aquello que ayude a preservar el espejismo de la bonanza. Parches para lo inmediato.

Sería injusto no mencionar un par de párrafos de un hecho que, en cualquier país serio sería normal, y en cambio acá, adquiere el valor de casi una proeza. Se trata  del informe unánime de los Secretarios de Energía que ocuparon ese cargo hasta el advenimiento del doctor Kirchner al poder. Las cifras que se mencionan son públicas y están disponibles en diversos sitios. No vale la pena repetirlas. Sí, saber que son lapidarias y demoledoras. Nuestro país está al borde inmediato del colapso energético. Que se ha “comido” las inversiones en capital físico, sin reponerlo. Que la demanda crece y la oferta retrocede, en proporciones mucho mayores. Que la cantidad disponible de reservas de hidrocarburos (petróleo y gas), desciende a pasos vertiginosos, y que, conclusión obvia, nos transformaremos en importadores netos de gas, petróleo y derivados. En un plazo breve. ¿Qué dice el gobierno de todo esto? Lo de siempre: le resta importancia y que constituye una conjura desestabilizadora implantada por los medios “concentrados”.

Aunque constituyan un capítulo para el olvido, no se deben olvidar las dos elecciones del mes de marzo: Catamarca y Chubut. En la primera un “triunfo” del FPV, a caballo de un candidato, el oficialista de la provincia, fatalmente impresentable y con la promesa de quedarse por veinte años más. Apoyado, el FPV, por el impulso y la compañía del caballero Ramón Saadi. Por obvio, no es mucho lo que pueda agregarse.

En Chubut, al día de hoy de resultado incierto, sobresaliendo el pobre comportamiento electoral del candidato del Gobernador Das Neves. Un hombre que creía, quince días antes del comicio, que ganaba holgadamente y termina peleando cuatro o cinco centenares de votos.

No podría afirmarse con certeza, que la Presidenta haya sorteado con éxito “los idus de Marzo”. Por el contrario, daría la impresión, con sus vaivenes, los de los hechos y las actitudes de Cristina Fernández, que la impresión que se recoge es otra. Se huele, se olfatea, se alcanzan a vislumbrar síntomas de lo que podría denominarse como un “cambio de época”.Los sucesos del mundo nos han proporcionado el denominado viento de cola; la administración que acá se ha hecho de esos vientos, podrían generar, engañosa contradicción, ventarrones de frente.

Nuestro amigo Bertrand Russell escribió un día: “La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en el que se almacena que en cualquier cosa sobre la que vierte”. ¿Tal vez, pudiera ocurrir algo de eso en nuestro país?

Buenos Aires, abril 1, 2011.

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